Los niños no deben tener acceso a las pilas de botón

Hasta que no se comercialicen pilas de botón seguras como las que desarrollaron ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts y la Universidad de Harvard, los niños no deben tener acceso a las pilas de botón por el riesgo de que las puedan ingerir y sufrir las graves consecuencias. Una pila provoca graves lesiones que son causadas por quemaduras fruto de las reacciones químicas que se desencadenan en el esófago, estas reacciones se producen en menos de dos horas tras haber ingerido la pila, a esto hay que añadir que pueden llegar a causar la muerte de un niño.

Los síntomas que se desencadenan tras tragar la pila son poco concretos y es difícil saber cuál es la razón del malestar del pequeño, a no ser que se haya presenciado como se ha tragado la pila, en ese caso hay que acudir rápidamente al servicio de urgencias del hospital para que se proceda a su extracción a la mayor brevedad. Mayoritariamente los niños obtienen la pila al manipular juguetes electrónicos, un porcentaje menor la ingieren por encontrarla suelta, al menos así se determinaba en un estudio desarrollado hace un par de años y publicado en la revista Pediatrics.
Según los resultados, de un total de 8.648 ingestas realizadas por niños menores de 6 años, un 61’8% de los niños extrajeron las pilas, un 29’8% las encontraron sueltas y un 8’2% las obtuvieron a partir de su embalaje original. Los expertos explican que es muy importante mantener las pilas (sean las que sean) fuera del alcance de los niños, tampoco pueden tener acceso a los dispositivos que las contienen si los adultos no están delante, como por ejemplo los mandos a distancia, relojes digitales, etc.

A la hora de comprar juguetes electrónicos, hay que verificar que cuentan con el certificado de seguridad de la UE, y comprobar que el compartimento de las pilas es inaccesible para los niños. Las pilas de botón de recambio o las que están gastadas y guardamos para llevarlas a un punto de reciclaje, deben almacenarse en lugares a los que los niños no puedan acceder, por supuesto, nunca se debe dejar a los niños manipular o jugar con las pilas aunque los adultos estén delante vigilando.

Los pediatras y el resto de personal sanitario deberían informar sobre los riesgos que encierra tragar una pila de botón, ya que a día de hoy, muchos padres siguen prestando poca importancia a las pilas creyendo que los niños no se las tragarán (dependiendo de la edad), quizá en la mayoría de casos no, pero un pequeño porcentaje puede tener la tentación de llevarse la pila a la boca. Aunque en la actualidad muchos fabricantes de pilas de botón las comercializan en envases más resistentes, siguen siendo ineficaces, deberían contar con un mecanismo de apertura más complejo y resistente que requiera, por ejemplo, el uso de un destornillador.

Estos son algunos de los consejos ofrecidos por el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría. Como decíamos al principio, no se puede bajar la guardia, al menos hasta que las pilas que se comercialicen sean seguras y no implique ningún riesgo su ingesta.

Foto | James Bowe

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