La infancia es un momento en la vida que está plenamente caracterizado por la abundancia de los miedos y temores propios del crecimiento, un nuevo análisis al respecto ha dado fuertes datos sobre las preocupaciones más frecuentes de los niños. Al parecer cuando los pequeños tienen entre 4 y 10 años tienden a desarrollar un temor cada vez mayor a sentirse abandonados por sus padres o a dejar de ser queridos por ellos, sobre todo en familias que están atravesando una separación.
El miedo al abandono se puede extender inclusive hasta la adolescencia, pero los niños mayores tienden a experimentar esas sensaciones de maneras diferentes, por ejemplo con depresión o con extrema irritabilidad, en los niños el proceso es mucho más hondo, sienten fuertes tristezas y temores paralizantes ante las cosas cotidianas de la vida, y de no tratar la situación como se debe puede afectar seriamente al niño en la mayoría de los aspectos de su caracter tanto a corto como a largo plazo.
La información surge de estudios como el que expone el libro “Los niños, el miedo y los cuentos. Cómo contar cuentos que curan”, en el que una de sus autoras es la psicóloga Ana Gutiérrez, quien ha destacado la gran importancia de pensar en los niños durante todo el proceso de la separación, teniendo en cuenta que los padres no deben tomar a sus hijos como botines de guerra al momento de poner fin a su matrimonio, tampoco hay que hablar mal del padre ausente ni hacer participar a los niños del malestar que originó la ruptura de la relación, la única manera aceptable de proceder es teniendo en cuenta los sentimientos de los hijos, hacerlos sentir queridos como siempre, explicarles que quien se marcha del hogar, ya sea el padre o la madre, también lo quiere y que siempre será de esa manera.
Los niños por lo general desarrollan un sentimiento fuerte de culpabilidad, no es extraño que un pequeño sienta que sus padres se han separado por su culpa o porque no es el niño que esperaran que era, por lo que hay que procurar mantener alta su autoestima durante todo el proceso. Los especialistas también indican que frecuentemente en casos de niños con menor edad se incrementan otros miedos como al de estar solos, a la oscuridad, a la noche, a los animales, a las tormentas o a todo lo que no sea cotidiano, como por ejemplo una visita al médico.
La escritora informa que hay que acompañar a los niños en todo el proceso y tener en cuenta que los miedos son algo normal, que llevados adelante de forma natural pueden ser hasta favorables para el desarrollo del pequeño:
“el miedo es una emoción y las emociones no entienden de razones”…”No hay que decirles la frase ‘ya ha pasado, no hay nada’ sino que hay sentarse con ellos, dejar a lo mejor una luz, y estar con el pequeño el más tiempo posible hasta que se le haya pasado por completo el susto”… “Un truco puede ser enseñarles a respirar puede ser que se imaginen que su tripa es un globo de feria de los que flotan por el aire y que tienen formas que le gustan como, por ejemplo, Bob Esponja o un unicornio mágico con un cuerno de color dorado”…”Son ellos los primeros que tienen que estar tranquilos y no asustarse”.
Vía | Europa Press
Foto | Lance Neilson de Flickr
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Los niños sienten miedo de ser abandonados