Cuidarla alimentación de los niños es algo que los padres deben considerar como un trabajo a tiempo completo, sin descuidarse dado que en un abrir y cerrar de ojos los niños pueden caer en lo que se conoce como obesidad infantil, algo que trae consigo una buena cantidad de problemas de salud que debemos evitar.
Se ha indicado por ejemplo que un período en el que hay que poner especial atención a lo que comen los niños es el verano, dado que se sabe que durante ésta época del año los pequeños tienden a subir tres veces más de peso que durante el resto del año, sobre todo cuando se encuentran en vacaciones, que es cuando se les dan varios permitidos en lo que respecta a la alimentación, como comer más golosinas que frutas, y no respetar los horarios de las comidas.
Durante el verano hay que limitar el consumo de fritos y de dulces, evitando las gaseosas y las hamburguesas, sobre todo es necesario incentivar a los niños a aprovechar del buen tiempo y realizar actividades al aire libre, de ésta forma queman calorías y se ponen en forma. Durante las horas de juego o de actividad física es importante mantenerlos hidratados con agua o con jugos de frutas frescas.
La razón por la cual los niños aumentan de peso en las vacaciones de verano corriendo el riesgo de padecer obesidad infantil, es basicamente a que dejan de lado las rutinas que deben respetar durante el año escolar, tiempo en el que tienen momentos fijos para comer, mientras que durante el tiempo de ocio se prestan a comer a diferentes horar del día, y a ingerir comidas poco saludables en su mayoría, sin combinarla con actividades positivas.
Los niños más propensos a sufrir ésta subida de peso en los meses de calor son aquellos que ya han tenido obesidad por lo que corren serios riesgos de padecer una recaída que hay que vigilar.
Vía | Saber vivir
Foto | Sodahead