Revista Arte

Los ojos sin rostro: contra/caras

Por Androsmalv
Los ojos sin rostro: contra/caras
Hacía tiempo que quería ver una  de las obras referenciales e iniciales del cine de terror francés, en este caso, el segundo largometraje de uno de los creadores de la Filmoteca Francesa y más cercano al documental como Georges Franju  con su Les yeux sans visage  (1959) obra que inspiró a cineastas tan disímiles como John Carpeter o Pedro Almodovar,  citando a ésta, como  inspiración para alguno de sus trabajos; pero en este caso, la sensación fue más de decepción que otra cosa; eso sí, no se le puede restar su calidad, ambientación y particular historia; lo que no se entiende, a pesar que para la época y censura, tuvo que afrontar "la corrección estética", ésta, no logra - para mí- ir por ninguno de los otros caminos de la "prohibición", o darle un vuelco de hoja a la historia o trasgredir la historia, y sí bien, como dice Pauline Kael, es una obra de terror elegante, no logra el cometido que estaba esperando de una historia donde un cirujano plástico de renombre en su intensión de recuperar la belleza de su hija, comete los peores actos. 

Escrita a varias manos, e inspirada en la novela homónima de Jean Redon, esta obra de terror con tintes a thriller, y ambientación poética- nostalgica, fue un  intento de revalidar o explorar el género del terror con un tonio más autoral, que sí bien, lo logra Franju y sus colaboradores, algo en esa estilización se termina perdiendo, posiblemente esa idea de la máscara - la que utiliza Christianne, la hija del cirujano-, como algo fantasmal  y perturbador, acá no cobra todo el sentido, al igual que la amabientación - con todo lo correcta y efectiva- , no se cohesiona con el tono de la historia.Los ojos sin rostro: contra/carasLos ojos de Schüfftan Aunque no sea la película que más me haya gustado, si le debo reconocer el gran trabajo del fotografo Eugen Schüfftan, un judio alemán, que legó no sólo grandes diseños lumínicos sino un efecto tan preciso para el cine ciencia ficción y misterio, que perduró hasta entrado el chroma; el gran aporte del alemán a esta historia es la ambientación  fantasmal y misteriosa, que en sus mejores momentos recuerdan a una pesadilla o a esa mezcla entre expresionismo, cine de la Hammer y los thrillers más particulares del momento, como por ejemplo, la secuencia final, la cual es el punto más interesante de este trabajo.De resto no hay mucho mas que escribir sobre esta obra, que sí bien ha sido gran influencia para el cine de los últimos años - cabe recordar esa secuencia/segmento en Holy Motors de Leo Carax -, no ha envejecido de la mejor manera, y se quedó en la sobriedad de un director que quería ajustarse a las norma de la época.Zoom in:  Tuvo una versión estadounidense o renombrada para los Estados Unidos en formato de programa doble


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