Los Oscars predecibles de 2014

Pues la gran ceremonia terminó y en su largo camino de más de tres horas de duración nos deja los ganadores más predecibles en años.

Fue una larga espera para más del 90% de los nominados, que se acentuó por una conducción demasiado mesurada de parte de Ellen DeGeneres. Fiel a su estilo que la ha caracterizado en su programa de televisión, Ellen se dedicó a hacer lo que más le gusta: divertirse a lado de sus amigos artistas de cine. Lástima que nos haya regalado un mediocre monólogo que destaco por el insulto a Liza Minnelli y un chiste racista que se volvió encabezado en varios medios impresos.

Pero aún cuando el primer premio otorgado merecidamente a  Jared Leto prometía una serie de discursos emotivos, sinceros y sentidos; fueron los números musicales quienes se encargaban de recordarnos lo extenso que puede ser esta ceremonia. Con solo la canción de ‘Happy’ interpretada por Pharrell Williams como uno de los momentos para recordar, el resto solo se dedico a realizar presentaciones forzadas por sus nominaciones. El famoso grupo U2 se vio sin ganas, como si le escenario les incomodara y ni que decir de los gritos de Adele Dazeem Idina Menzel, por más que quiera disfrazar la pésima interpretación, la realidad es que se escuchó gangoza.

Mientras seguíamos con montajes de películas heroicas que solo quitan preciados minutos a los discursos de los ganadoras, para mi sorpresa, rara vez se escucho la orquesta para correr al premiado. Es cierto que Alfonso Cuarón no pudo dar su discurso por ganar el premio a mejor montaje, pero este fue recompensado con varios minutos al ganar su Oscar como mejor director. No quiero imaginar la cantidad de minutos desperdiciados por la prensa , si el director no hubiera llegado a ganar. De por si que no los la acabamos con la ausencia de agradecimientos al país o el que Lupita Nyong’o reconozca que es su esfuerzo quien la hizo ganar y nada tiene que ver México. Lo cual es cierto. ¿Deberás estamos tan necesitados de triunfos?

Después del momento histórico que representó la publicidad gratis para Twitter y el propagar el arte de comer pizza, es que llegamos a las nominaciones importantes como son las de actuación y mejor película. De nuevo las sorpresas fueron las grandes ausentes, comprobando que este año no hubo competencia. La distancia entre quienes eran los mejores era considerable y con todo el respeto para Leonardo DiCaprio, pero Matthew McConaughey nos brindó un soberbio trabajo que no se podía quedar sin su premio.

Como se esperaba, el Oscar de mejor película fue merecidamente para ’12 años de esclavitud’, por más que la prensa les haga creer lo contrario. Por favor ignoren todo ese rollo de que hubo complot o comprobación de la teoría del favoritismo a la producción norteamericana, simplemente ‘Gravity’ tiene problemas en su libreto que no le permite tal distinción.

La gran perdedora de la noche fue inevitablemente ‘American Hustle’, por contar con puros pubertos entre sus nominados. Ya en serio.  Aunque me hubiera agradado por lo menos un Oscar, la realidad fue que la competencia fue siempre entre ‘Gravity’ y  ’12 años de esclavitud’, el resto solo fue a calentar asientos. ¿Se merecían las nominaciones? Claro, nunca es malo recibir un reconocimiento por tu trabajo, aunque con eso se afecte la emoción de una ceremonia que no encuentra fórmula alguna para recobrar su grandeza.

Es así que otros premios terminan con la certeza de que todos los ganadores tienen su merecida estatuilla, aunque muchos piensen lo contrario porque no tienen la ganas, el criterio o simplemente no quieren mirar un poco más de una decena de películas nominadas innecesariamente y sin posibilidades de ganar.