Hasta un 25% de los padres estadounidenses ven más seguras las vacunas que hace un año, un 34% les atribuyen más beneficios, y un 35% de los padres brindan mayor apoyo a las vacunas, así se desprende de una nueva encuesta a nivel nacional realizada por el Hospital Infantil C.S. Mott (Universidad de Michigan).
La razón de que haya cambiado la percepción de las vacunas por parte de los padres estadounidenses guarda relación con los brotes de sarampión y tos ferina que se han producido durante el último año y que han acaparado la portada de los medios de comunicación del país. La proliferación de este tipo de enfermedades prevenibles con las vacunas, ha influido en los cambios de la percepción, se podría hacer una comparativa con el caso del niño que murió por difteria en nuestro país por no haber sido vacunado, recordemos que los padres no quisieron que se vacunara influenciados por el movimiento antivacunas.
A raíz de este suceso, la percepción sobre las vacunas en nuestro país ha mejorado de forma significativa, aunque todavía un grupo de padres sigue oponiéndose a este recurso de salud y creen que perjudica mucho más de lo que realmente beneficia. Volviendo a la encuesta realizada en Estados Unidos, a los padres participantes se les pidió que dieran su opinión sobre el riesgo de sarampión y tos ferina en comparación con el riesgo de hace un año, dos de cada cinco padres (40%) creen que el riesgo de padecer estas enfermedades es superior al de hace un año.
Un 45% considera que existe el mismo riesgo y un 15% opina que el riesgo de sufrir estas enfermedades es menor que hace un año. El caso es que a raíz de los brotes de los últimos años, se ha propiciado un debate a nivel nacional sobre las vacunas, también ha provocado cambios legislativos en algunos Estados y se han introducido leyes más estrictas de vacunación a fin de reducir la incidencia de las enfermedades.
Cada vez es más pequeño el porcentaje de padres que consideran que las vacunas no son seguras y que no ofrecen los beneficios que debieran, pero el objetivo es eliminar ese porcentaje ya que se asocia a un riesgo de que los hijos de estos padres contraigan las enfermedades mencionadas, lo que muestra que sería necesario implantar una ley federal de vacunación y quizá termine materializándose. Recordemos que otros países también mantienen una cruzada por lograr que los padres vacunen a sus hijos, como ocurre en Australia.
Matthew M. Davis, director de la Encuesta Nacional de Salud Infantil y profesor de pediatría y medicina interna en la Unidad de Evaluación de Salud Infantil e Investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, comenta que los brotes de las enfermedades se pueden prevenir a través de la vacunación infantil, pero lamentablemente existen profundas convicciones sobre la autonomía de los padres y otras preocupaciones acerca de la seguridad de la vacuna.
Es evidente que cuando un hijo que no ha sido vacunado y sufre una enfermedad prevenible con la vacuna, pone en alerta a los padres, se dan cuenta de que pueden perder a su hijo por convicciones con un fundamento de poco peso. Frente a la documentación científica en contra de las vacunas, existe una gran cantidad de documentación, informes, pruebas, etc., que muestran que las vacunas son eficaces y necesarias para evitar que los niños sufran enfermedades que pueden acabar con su vida. No será extraño que una nueva encuesta que se realice el año que viene, muestre que el porcentaje de padres a favor de las vacunas se incrementa nuevamente, no tiene sentido jugarse la salud y la vida de los hijos por convicciones totalmente erróneas.
Podéis conocer todos los detalles de la noticia y la encuesta a través de este artículo publicado en la página del Hospital Infantil C.S. Mott.
Foto | PAHO/WHO
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Los padres estadounidenses ven más seguras las vacunas