La historia de Karen Sandler podría ser una simpática anécdota si no fuera por lo serio que es el tema. En la pagina que mantenemos en Facebook nos hicimos eco de su historia hace unos días.
Karen Sandler, que mantiene el cargo de director ejecutivo en la fundación GNOME, fue sometida recientemente a una intervención quirúrgica debido a una cardiopatía hipertrófica. Por lo que era necesario cirugía para implantar un dispositivo que regulara su dolencia.
Karen Sandler solicitó conocer el código fuente del software que gestiona su implante. Lo cual causo una sorpresa mayúscula. El problema es que dicho software no es accesible para el usuario. Está protegido por una ingente cantidad de patentes y licencias que lo impiden. En estos tiempos en los que hasta un marcapasos está conectado a internet, el tener control del software del que depende nuestra vida debería ser una prioridad frente a los intereses comerciales de multinacionales.
Es posible que la mayoría de nosotros nos parezca exagerado pensar en ese remoto 2% de casos en los cuales dicho software puede fallar. Un porcentaje "aceptable" desde un punto de vista estadístico pero coartar un derecho indiscutible.
El año pasado la Software Freedom Law Center publicó un informe en donde denunciaba que aunque, por ejemplo en estados unidos, esta fuertemente regulado por la administración sanitaria todo lo relacionado con el hardware que componen marcapasos, equipos de soporte, desfibriladores, etc el código fuente de su software se considera propiedad exclusiva de sus fabricantes. Como resultado, a los médicos y pacientes “se les impide examinar los defectos en el código lo que puede resultar en condiciones peligrosas para su salud”
Según la misma fuente, de 1997 a 2003 212 muertes fueron el resultado de defectos de cinco marcas diferentes de diferentes desfibriladores. De todos los equipos instalados en aeropuertos, hospitales, centros médicos, ¿es razonable ese 2% de margen frente a la imposibilidad de que médicos o especialistas puedan acceder a ese código potencialmente peligroso y hacer sus recomendaciones?
¿Exagerado? Los sistemas de los aviones con los que volamos a diario, la electrónica de nuestros coches, gps y en general software de lo mas diverso pueden necesitar un "repaso" dentro de ese margen razonable para evitar errores fatales.
Volviendo al caso, para Karen el mensaje es simple. La forma en que se utiliza el software ha cambiado. Desde tareas simples, tales como procesamiento de textos, actualmente el uso de software impregna cada aspecto de nuestras vidas. Necesitamos la libertad de poder inspeccionar con sumo detalle algo tan importante como la tecnología puede salvar nuestras vidas.
Fuente: http://itc.conversationsnetwork.org