Cuando terminé El violinista de Mauthausen sabía que volvería a leer a Andrés Pérez Domínguez del que me había gustado tanto su manera de escribir.
Aunque ya por entonces tenía varias novelas suyas en la estantería, el tiempo y otras lecturas han hecho que las fuera posponiendo. Por eso cuando vi la oportunidad de formar parte de una de esas lecturas simultáneas/conjuntas que tanto me gustan, de un nuevo libro de este autor, no me lo pensé dos veces y me animé a participar.
EL AUTOR
Andrés Pérez Domínguez nació en Sevilla en 1969. Desde hace ya unos cuantos años dedica todo su tiempo a lo que él llama "inventar historias", y si tenemos en cuenta lo que ha escrito y publicado, y los premios que ha obtenido, no se le da nada mal.Como muestra un botón y aquí os dejo una relación tanto de las novelas como de los premios:
El silencio de tu nombre (2012); El violinista de Mauthausen (2009) por la que obtuvo el Premio Ateneo de Sevilla y fue finalista del Premio Espartado de Novela Histórica en la Semana Negra de Gijón; El síndrome de Mowgli (2008) fue Premio Luis Berenguer; El factor Einstein (2008), y La clave Pinner (2004), finalista del Memorial Silverio Cañada en la Semana Negra de Gijón.
En cuanto a novelas cortas Los perros siempre ladran al anochecer (2010) Premio Iberoamericano La espiga dorada; Los mejores años (2002), Premio José Luis Castillo-Puche, y Duarte (2002), Premio Tierras de León.
También tiene colecciones de cuentos: El centro de la Tierra (2009), finalista del premio Setenil, y Estado provisional (2001), Premio Ciudad de Coria. No nos podemos olvidar del relato Ojos Tristes (2001), Premio Internacional de Cuentos Max Aub.
SINOPSIS
"Clara y Jorge acaban de mudarse a una urbanización porque la convivencia con los vecinos del edificio donde vivían era insoportable. Esperan que ahora todo sea diferente, pero arrastran un secreto oscuro del que no pueden librarse y, aunque sus nuevos vecinos los acogen con entusiasmo, pronto descubrirán cosas terribles de su pasado que abrirán una grieta insalvable entre ellos.Los perros siempre ladran al anochecer es un relato de suspense que se lee de un tirón y que al mismo tiempo arroja luz sobre la condición humana, las dudas que lastran la existencia y la dificultad de enterrar el ayer para empezar de nuevo".
MIS IMPRESIONES
Hace algunos día que acabé de leer Los perros siempre ladran al anochecer y es curioso que siga (o podría decir sigamos porque a todos los que hemos formado parte de esta lectura conjunta nos ha pasado lo mismo), dando vueltas a la cabeza a la historia y a su final.Es increíble que tan "sólo" 160 páginas puedan dar tanto de sí, puedan producir tantas sensaciones, tantas dudas, tantas reflexiones, y provocar que nuestra imaginación vuele intentando "leer" lo que no está escrito.
A través de 52 capítulos muy cortos Jorge, en primera persona será quien nos relate la historia, su historia, ya que va a ser únicamente desde su punto de vista como la vamos a conocer. Y es así como el lector va a empezar a pensar si sucedieron así los hechos o es lo que Jorge nos quiere transmitir. Además muchas veces Jorge no ha vivido esas situaciones y sino que las conoce porque Clara se las relata o por boca de otros, con lo cual tampoco estamos seguros si en realidad fueron así o están maquilladas por alguna de las partes.
Además en la historia cobran una importancia fundamental los rumores, esos rumores que hacen referencia a un hecho cuya verdad no conocemos. Sabemos cual es la versión oficial y el rumor que parece se difundió, pero ¿qué es lo cierto? ¿el rumor?, ¿la versión oficial?, ¿hubo unos hechos reales que hicieron surgir el rumor?¿ o todo es inventado?
Andrés Pérez Domínguez sin muchas palabras, no olvidemos que es una novela corta, transmite con maestría atmósferas y sentimientos. Podremos imaginarnos los celos de Clara, la angustia que siente Jorge cuando se avecina una discusión evitando pronunciarse o no queriendo utilizar las frases que Clara puede estimar inadecuadas, esa necesidad de poner tierra por medio, la alegría que le produce saber que va a ser padre, las ganas de llevar una vida normal, el estado de ánimo de Clara cuando tienen que cambiarse de casa porque no pueden soportar los rumores que corren en el vecindario, volver a vivir la misma situación en la urbanización donde pretenden empezar de nuevo, etc., aunque al final no tengamos claro si todo esto ha sido así o ha sido como Jorge quería que lo creyésemos.
Los perros siempre ladran al anochecer es una novela mucho más compleja de lo que a simple vista parece, no tanto por lo que nos relata y como nos lo relata, como por lo que el lector puede leer entre líneas o por lo que se imagina, por las dudas que suscita. Durante toda la novela estaremos dudando; el autor consigue que entre lo que dice y lo que deja de decir, que al tener sólo la versión de los hechos de boca de Jorge, la duda prenda en el lector y esta se vaya acrecentando, logrando que cada lector de su propia interpretación a lo que lee.
A mi modo de ver Andrés Pérez Domínguez quiere que el lector escriba parte de la historia, que interprete y escriba la historia como él la imagina, la percibe, que haya tantas versiones de la historia como lectores.
En Los perros siempre ladran al anochecer nos vamos a encontrar con que el autor deja el final abierto, característica común en todas sus novelas y que a muchos lectores no satisface. Yo no soy de finales abiertos, me gustan los finales cerrados. Salvo en contadas excepciones no me gusta imaginarme lo que pudo llegar a ser, pero tengo que reconocer que en este caso ese final abierto es una de las grandes bazas de esta novela novela, es lo que pide. El final de esta novela no puede ser otro que el que es.
FICHA DEL LIBRO