Es como cuando entras a la taberna por esas puertitas clásicas de cantina del oeste y derrepente aparece John Wayne que te pide que le cambies una luquita para usar el teléfono público para llamar a sus broders Clint Eastwood, Sergio Leone y Ennio Morricone porque faltan personas para la partida de ocho locos.
Y te paras en una esquina con tu whisky doble con mosca en el vaso y lápiz labial en el borde y los ves jugar hasta que Clint se pica y tumba la mesa y todos desenfundan sus armas hasta que aparece el doctor Emmet Brown ofreciendo un paseito en el DeLorian si la cortan ahorita mismo.
Todos se acomodan medio apretados en el carro y se van de lonche a lo de Marty Mcfly.
Columbian Necktie