Los políticos, aquellos.

Los políticos desbancaron a ETA como el problema de mayor preocupación de los españoles. Los políticos en sus diferentes versiones: la de activadores de problemas como por ejemplo el independentismo en Cataluña, la de reducción de los derechos sociales y laborales como el gobierno de Mariano Rajoy, el de la mala gestión como el del gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero y el del dispendio en la gestión pública manifestados en las Comunidades Autónomas. En todos sus poliedros de actuación vemos como el descrédito que tenemos los ciudadanos en los políticos y, por extensión, en las instituciones están justificados.Pero además son causa de preocupación por la preeminencia que tienen como corruptibles y corruptos, hasta trescientos políticos están en los juzgados imputados por esta causa, y también como vendedores taumaturgos de una realidad: en España la corrupción no tiene casi peso ni en la justicia, para eso hay indultos, ni en las elecciones, no tienen influencia. Es decir que el robar, el chanchullo, el enjuague y el complot sale gratis por nefas y muy lucrativo por fas.Y el último hito es el futuro, el futuro de los políticos, casi siempre vinculado a empresas con las que durante su gestión pública tuvieron importantes y decisivas relaciones. Ahora Rodrigo Rato, Felipe González, José María Aznar y otros muchos que hacen extender la sombra de la duda sobre ellos no con la pesadumbre y el gris del "meter la mano en la caja" de los trescientos presuntos chorizuelos sino con la inquietud del beneficio de alto copete y cuello blanquísimo a costa de lo público.Esta es España, la de Felipe IV pero en pleno siglo XXI.España, dolorosa, doliente, doliendo en Recuerdos del día de mañana.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.