El gran cineasta Álex de la Iglesia, actual presidente de la Academia del Cine, nos ha regalado un discurso bastante correcto en general durante la gala de entrega de los premios Goya de este año. Me ha gustado que reconozca que es más importante la labor de quienes salvan vidas y que ellos (los que se dedican al cine), al final, lo que tienen que hacer es trabajar, y hacerlo bien.
Hasta ahí perfecto.
Lo que me ha parecido un contrasentido es que nada más reconocer que el año pasado el cine español logró primeros puestos de taquilla y se batieron récords de recaudación, le haga el juego a la ministra Sinde pidiendo "leyes" (todos sabemos qué leyes son) para proteger la industria.
Por los datos que él mismo maneja, parece que la industria está mejor que nunca, y respecto a nuestros profesionales, sólo basta citar a Penélope Cruz, rumbo a por su segundo Óscar.
La realidad de la salud del cine español, es que cuan do han dejado de usar el cine como "medio de expresión" y han comenzado a hacer cine como arte y entretenimiento, igual que en el resto del mundo, los españoles hemos empezado a ver nuestras propias películas sin complejos.
Ahora puedes ver una superproducción histórica como "Ágora", una de prisiones como "Celda 211", una de terror como "El Orfanato" o una de animación como "Planet 51", y cuando quedas para ir al cine con tus amigos, no dices como antes:
"¿Vamos a ver una de miedo, una de aventuras o una española?"
Porque eso es lo que pasaba antes. Que las películas españolas, no sólo las "españoladas", eran un género en sí mismas, y ahora, las películas son buenas o malas, entretenidas o no, y a veces, no sabemos que son producciones de aquí.