Hasta el tercer mes de vida, el bebé realiza ejercicios que son eminentemente funcionales sin obtener una sensación lúdica.
A partir de los 4 meses
En esta etapa el bebé no juega si no puede establecer una relación muy personal e íntima con el adulto.
Los primeros juegos los realiza el educador o sus familiares y tutores, entre los que destacan:
- Para estimular la sorpresa y sonrisa, el adulto se asoma de pronto a su cuna.
- Con las pantomimas, gestos divertidos, ademanes cariñosos, el adulto busca que se ría o que deje de llorar.
- En cuanto aparece la sonrisa, el pequeño comienza con las pedorretas, los ruidos con la boca.
- Para facilitarle sorpresas y balbuceos, se recomienda hablarle mucho, con un tono de voz agradable y divertida, con cambios de entonación.
- Se recomiendan las caricias y arrumacos al cambiarle y darle comer, así como al cogerle en brazos, descubriéndole las partes más sensibles de su cuerpo. Son los juegos de "cachorreo": estimulantes, placenteros, relajantes, para sentirse querido.
- La música es uno de los mejores estimulantes para el desarrollo del niño. Su acompañamiento, mediante movimientos rítmicos a su vista o sujetándole y moviéndole brazos o piernas, favorece la percepción del pequeño.
- Los móviles son otro recurso importante para el estímulo del pequeño. Se deben colocar próximos a él, para que busque alcanzarlos con sus extremidades.
- Es importante ofrecerle objetos sonoros y flexibles que pueda coger fácilmente: peluches pequeños y suaves.
A partir de los 6 meses
A partir de estas edades se deberán incorporar a la rutina de "juegos" los siguientes:
- Muecas, gestos muy forzados que le hacen gracia y le producen risa.
- Canciones tradicionales o inventadas sobre lo que se realiza, explicando lo que está pasando; asociadas a las actividades y objetos utilizados.
- Aparece el cucú-trastras. Siempre es un buen momento, siempre responden.
- Juegos con las manos: palmas palmitas.
- Los juegos de balanceo: "Aserrín, aserrán" y "Las campanas de Montalbán".
- Las voces de los animales asociados a los peluches y/o imágenes que se les presentan.
- Permitirle piezas que encajen, que entre unas en otras, también las cajas sonoras.
- Darle envases, bolsas y esconderle objetos: ¿Dónde está? O esconderlos a su vista: ¿Qué ha pasado?.
- Estimular los juegos de guardar, esconder, buscar, lanzar, apretar.
- Enseñarle cuentos con imágenes coloristas de animales u objetos cotidianos. Señalarle y nombrar lo señalado, pasar las páginas y dejarle hacerlo al pequeño.
A partir de los 8 meses
Cuando el pequeño tiene 8 meses se pueden incluir las siguientes actividades:
- Juegos de imitación directa y mimada: "date, date, date, date a la mochita".
- Decir adiós.
- Jugar a los cinco lobitos.
- Juegos de levantar, empujar, derribar.
- Repetir sus sonidos: "tatata", "aaaaa".
- Juegos con palabras: las primeras ecolalias: ratón-tón-tón, caracol-col-col y todas las posibles con cada uno de sus nombres.
- Juegos de lanzar y devolver una pelota.
A partir de los 10 meses
Usualmente a partir de esta edad el niño se puede sostener en pie, por ello deberá ser precavido con su espalda.Entre las actividades lúdicas que se pueden incluir estarían:
- Perseguirles en sus desplazamientos para que escapen.
- Colocarles objetos a distintas alturas, en mesas y sillas para que los alcancen.
- Juegos con el agua.
- Juegos con la arena.
- Todos los objetos "les hablan", se personifican.
- Juegos de localizar partes de su cuerpo y comprobar las que van de dos en dos.
- Se continúa con la lectura de cuentos.