Revista Psicología

Los Psicólogos Clínicos salen a la calle en defensa de su especialidad y de un servicio de calidad

Por Fat
La Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (ANPIR) ha decidido secundar la concentración de protesta, que tendrá lugar en Madrid el próximo viernes, 7 de octubre, a las 13.00 horas, frente a las puertas del Ministerio de Sanidad, ante la falta de disposición mostrada por los responsables del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y del Ministerio de Educación para escuchar las reclamaciones de los Psicólogos Clínicos ante la Ley que les equiparará de facto a la nueva figura de “Psicólogo General Sanitario”.
Los Psicólogos Clínicos y residentes PIR han decidido salir a la calle en defensa de su especialidad, de un servicio de calidad para los usuarios de la sanidad española, y en contra de la enmienda de la Ley de Salud Pública que crea una figura sin integrarla dentro de la trayectoria de formativa del PIR. Una enmienda que crea la figura de Psicólogo General Sanitario para satisfacer la demanda del Colegio Oficial de Psicólogos y la Conferencia de Decanos de Psicología, pero que ignora la opinión de las asociaciones profesionales de Psicólogos Clínicos, los especialistas formados en ambientes hospitalarios para evaluar, diagnosticar y tratar casos relacionados con la salud mental de los pacientes.
Mientras que hasta ahora, al igual que los médicos, los Psicólogos Clínicos tenían que pasar unas oposiciones para lograr una plaza y formarse rotando por las diferentes unidades de un hospital durante cuatro años, Sanidad propone que la figura de “Psicólogo General Sanitario” atienda pacientes sanitarios tan sólo tras superar un máster universitario, pero no establece diferencias con respecto a la figura ya existente de Psicólogo Clínico.
Desde ANPIR, que en busca del acuerdo dentro del colectivo de psicólogos ha aceptado la idea de crear esta nueva figura, siempre ha dejado claro que debe integrarse dentro de una secuencia coherente, con la misma trayectoria del especialista, pero en un distinto nivel de especialización, y no como una formación independiente y en paralelo a la proporcionada por el sistema Psicólogo Interno Residente (PIR).
Por esta razón reclaman que en el caso de crearse la figura de un psicólogo con competencias sanitarias, este nivel sea el requerido para el acceso al PIR, como que el Grado de Psicología lo sea para el acceso a este tipo de máster. Lo contrario crearía un empobrecimiento en las condiciones de acceso al PIR, que exige la atención directa a pacientes desde el primer momento, dado que se haría desde un Grado de Psicología (de cuatro años frente a los cinco de la Licenciatura) sin la formación universitaria especificadamente orientada a la salud. Al mismo tiempo con esta nueva figura de “Psicólogo General Sanitario” sin incardinar en la trayectoria formativa del especialista se crea una confusión y potencial confrontación entre dos figuras profesionales en el mismo ámbito de la salud sin una separación de competencias.
A esto se une que desde el Ministerio de Educación se ha filtrado la intención de realizar una segunda convocatoria de la prueba teórico-práctica para los solicitantes del título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica que suspendieron en la primera convocatoria. Una modificación del acceso a la especialidad que expresamente establecían que cada aspirante podría concurrir a una sola convocatoria anual, que solo puede servir para dilatar más aún el largo proceso de consolidación de la especialidad y del PIR. Esta medida deja la impresión de que, después de 18 años del sistema PIR, siempre hay alternativas para al acceso a la especialidad, en detrimento de la formación bajo práctica supervisada que los profesionales de la Psicología Clínica consideran esencial.

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