Revista Opinión

Los recortes ciegos en el mejor de los escenarios

Publicado el 28 febrero 2012 por Carmentxu
Los recortes ciegos en el mejor de los escenarios

Ayer, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, enarboló el desvío del déficit, que en 2011 alcanzó el 8,51%, como quien enarbola la bandera de la justificación capaz de explicar cualquier cosa, incluso la inexplicable amplitud, profundidad y equilibrio de los burdos recortes, propios de elefante en cacharrería, llevados a cabo hasta ahora para contrarrestar los desmanes presupuestarios. Con el estandarte del 8,51%, estos cruzados del rigorse recubren al fin de argumentos para seguir adelgazando lo público, desvirtuando el estado de bienestar y atacando a los herejes y paganos que no aceptan el dogma. Las cifras están ahí y el Gobierno sólo ha tenido que pintarlas y colorearlas a su gusto.

Frente a los políticos y sus recortes también políticos, sus tácticas del shock para meter el miedo en el cuerpo a los más débiles, a los enfermos, a los ancianos, a los padres y madres, a los hipotecados, a los parados y, por qué no, también a los que tienen trabajo, se levantan los técnicos. Ellos, inmersos en el trabajo de campo, saben de qué hablan porque lo ven cada día y recuerdan sin descanso la solución práctica a tanta palabrería y tanto recorte ciego. Porque no es cuestión de recortar de donde no hay, que eso ya se ha hecho con unos resultados más que desalentadores, sino de aumentar los ingresos, lo que resulta mucho más gratificante y positivo para cuadrar las cuentas. El dinero, energía que mueve nuestro mundo, no ha desaparecido, sólo se ha transfomado de manos. Según el sindicato de técnicos de Hacienda, controlando el alto fraude fiscal podrían recaudarse 38.500 millones de euros más de los actuales. Falta, como siempre, como nunca, voluntad política y, sobre todo, valentía: ser duro con los débiles e infundir miedo a una sociedad ya bastante asustada es de cobardes, pero para meter mano a los grandes bolsas de fraude hace falta sólo una virtud: valentía.

 


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