Llega el día de tu cumpleaños, o las Navidades, o algún aniversario, o tu boda, y la costumbre dicta que la gente tiene que hacerte regalos. Así, por tu cara bonita, porque tú lo vales y feliz, feliz en tu día. Es una bonita tradición, nadie lo puede negar. Siempre he estado a favor de las tradiciones que te pueden aportar una alegría o que lleven aparejadas una retribución dineraria o en especies sin tener que dar nada a cambio. Totalmente a favor, diría.
Pero aunque en principio el hecho de que te regalen algo es motivo de alegría, esperanza e ilusión, también puede ocurrir que se acabe transformando en un terrible decepción que te arruine el día. Esto de las expectativas tiene su peligro, ya que una de las peores sensaciones de la vida es que lo que estés esperando que las colme, no sólo no lo consiga sino que además quede muy por debajo de ellas. Es lo que habitualmente se conoce como el efecto Interviú, donde te esperas ver una jamona en la portada y te encuentras con Belén Esteban o con Terelu Campos. Esto también es conocido como el axioma Star Wars: la amenaza fantasma.
Una de las mayores decepciones, pues, que se puede llevar nadie, sin duda alguna, es cuando llega una fecha señalada y espera ansioso, aunque tratando de disimular, la hora en la que le den sus regalos correspondientes. Normalmente has estado sembrando tus semillitas durante mucho tiempo con comentarios casuales para que los que te rodean sepan cuáles son tus preferencias. Hay que decir que en estas lides, las chicas suelen ser mucho más habilidosas y constantes que los chicos: basta con ir un día de tiendas con ellas, para que te lleguen veladas insinuaciones sobre sus gustos, acompañadas de alguna frase como: "pero es muy caro" o "me encanta pero no sé con qué me lo podría poner", que son los cebos de psicología inversa con los que juegan con tu mente para que acabes comprándoselo. En cambio, nosotros o somos demasiado directos o demasiado crípticos, lo cual conlleva que existan muchas posibilidades de que descarten tu petición. Sin embargo, has estado trabajando a tu manera y esperas con ansias que tus seres más queridos hayan captado el mensaje o conozcan tus gustos y te lleven lo que tanto tiempo has estado deseando.
Y, entonces, llega la decepción, que podemos clasificar en varios tipos. Primero tenemos la producida por el regalo putada por cumpleaños o efemérides varias. En este caso, por ejemplo, viene un noviete o novieta y en vez de una Playstation Vita, te trae un álbum, hecho a mano con dos cartones y unos cordones de cuero, con las fotos de todos vuestros viajes juntos. No es que antiguamente no fuera una mierda regalo, que lo era, pero al menos no existían ni Facebook ni Instagram y podía tener hasta un sentido pero ¿hoy en día? Sé que se hace con toda la mejor intención del mundo y que pertreñar esa basura le ha costado sus buenas horas, pero ¿cuántas veces en tu vida vas a ver el puñetero álbum? En cambio, una videoconsola portátil siempre te va a recordar a la persona que te la ha regalado, cada día, cada hora, cada segundo que pases jugando con ella. Pensadlo.
Si es difícil asumir una decepción, mucho más complicado es disimularla. Estás hundido anímicamente mientras ojeas una foto en una góndola en Venecia, en la que, además, te cobraron 100 € por una vuelta por los canales, para que el gondolero te berreara media hora en el oído y tienes que evitar que se te note en la cara que estás jodido. No puedes herir los sentimientos de la persona que te ha hecho un regalo, estaría muy feo. Así que tratas de mostrarte entusiasmado, pero hay que tener cuidado con no sobreactuar ya que es casi peor que poner cara de mala leche.
"No te ha gustado ¿verdad?" es la pregunta que vas a escuchar si no has ocultado bien tu decepción. Si en ese momento no eres taxativo y demuestras que te ha gustado de verdad el regalo, la situación puede acabar en tragedia, así que ten cuidado, por tu bien. Ya llegará el momento de llorar en soledad tus penas.
Otra categoría de regalos putada son los que realizan los peques por el día del padre, la madre o similares. Suelen ser un trabajo de manualidades que la comunidad de profesores llevan años investigando y mejorando para que sean lo más horrendos posibles y difíciles de ocultar, ya que toman forma de un objeto decorativo como por ejemplo un marco para fotos, un pisapapeles o un cuadro. Así, los pobres padres se ven en la obligación de colocar el regalito en un lugar bien visible de la casa para que el chaval esté contento. Recuerdo con especial cariño un especiero que realicé en el colegio para el día de la madre, en madera de balsa y con forma de casa de pájaro, pintado en verde y rojo y que mi madre guardó, la pobre, en la cocina durante casi un año, hasta que se cayó "accidentalmente" un día al suelo, estallando en mil pedazos (creo que algún pisotón y martillazo hubo tras la caída, pues la casita estaba completamente destrozada por una caída de menos de metro y medio).
La siguiente escala de regalos putada se producen en una boda. El deseo de ser original entre los invitados puede mucho y hay veces que la gente puede realizar algún obsequio un poco incómodo, como por ejemplo, un tótem africano de dos metros de altura o un autoretrato en acuarela en un marco de dorados arabescos. Lo cierto es que hay personas que a la hora de regalar no suele tener muy en cuenta los gustos o estilo de los novios. Como el caso de una pareja de amigos muy modernos a los que le regalaron un bodegón en marco de caoba con angelitos tallados. Puede que exista alguien en el mundo al que le guste una cosa así, pero si sabes que la pareja a la que se lo vas a obsequiar les mola el minimalismo y el arte contemporáneo, tal vez podrías pensar que no es muy acertado comprarles una cosa que no van a saber dónde colocarla ¿no?
Por último, quiero recordar los detalles de unas tías abuelas nos traían cada vez que venían a casa y que entra en la categoría de regalos putada de cortesía. Estas mujeres, que venían embadurnadas con un maquillaje de cinco centímetros de grosor que había que atravesar para darles dos besos en la mejilla,
Bueno, ya sabemos que todo lo que he dicho depende del gusto de cada cual. Tal vez alguien prefiera una preciosa taza decorada a mano por un amigo para su cumpleaños que un e-book o que te encanten todos los obsequios originales grandes y aparatosos o que, incluso, te hagan mucha ilusión los pisapapeles hechos con una piedra pintada en verde y un "te quiero mami escrito en rotulador rosa. En todo caso, todos hemos recibido alguna vez un regalo putada ¿no? ¿Cuál es el vuestro? ¿Es muy desagradecido escribir una entrada así? Antes de que contestéis, sí que lo es, pero yo soy así de criticón.