Hace unos días navegando por Internet dimos con el artículo de Clemente Álvarez ¿En qué cubo de basura se tira un plato desechable?, un artículo muy interesante sobre la confusión acerca del reciclaje de envases que aunque no tiene mucho que ver con el tema que queremos abordar hoy, sí que nos ha llevado a replantear la pregunta orientada más hacia nuestra profesión. Así que empezamos a preguntarnos algunas cuestiones que aunque sabidas por algunos, siguen siendo desconocidas para muchos y un problema de gran importancia: ¿qué materiales de construcción podemos reciclar hoy en día?
Buscando un poco de información la pregunta puede que sea respondida rápidamente, pero como siempre, a nosotras nos gusta ir un poco más allá y rebuscar en el origen del problema para intentar saber si podría haber más de una respuesta a esta pregunta o si la respuesta es la que realmente nos conviene como arquitectos defensores de la causa sostenible, y en su defecto intentar dar una respuesta más valiosa desde el punto de vista medioambiental.
Para comenzar, tendríamos que considerar la evolución de los materiales a través del tiempo, como explicábamos en nuestro post “En la búsqueda de una arquitectura flexible y adaptable en el tiempo”, nuestra forma de vivir ha ido evolucionando desde la movilidad como seres nómadas que fuimos y somos en la actualidad a una forma más estática y con ella los materiales que fueron acompañando estas formas de vivir también fueron mutando. Por supuesto, esta mutación no sólo tuvo que ver con los cambios en nuestra forma de vivir, sino principalmente a los avances técnicos y tecnológicos que hemos ido sufriendo a lo largo del tiempo.
La obtención de los materiales de construcción ha pasado por cambios importantes, cuando primaba la proximidad y no teníamos los medios de transportes actuales, los materiales de las poblaciones rurales provenían del entorno más próximo y en consecuencia su impacto sobre el medio ambiente era mínimo. Se utilizaba lo que estaba al alcance.
A medida que fuimos descubriendo nuevas tecnologías que hicieron que la extracción y los procesos de producción sean más eficaces, y a la vez con la introducción de medios de transporte que ampliaron el radio de utilización de estos materiales y la distancia entre el lugar donde se extraían las materias primas y el lugar donde se procesaban, convirtiendo a la construcción en una actividad de un alto impacto medioambiental. Y si a todo esto agregamos el crecimiento en la demanda de construcciones y edificaciones que hacen de la construcción una de las actividades productivas y económicas más importantes. Una de las consecuencias de toda esta actividad son los residuos. Residuos tanto en los procesos de producción de los materiales como del proceso de construcción y el tratamiento que ellos necesitan también repercute en un consumo de energía desmesurado.
Hoy en día, el 40% de los materiales utilizados en la Unión Europea está destinado a la construcción y mantenimiento de edificios. La mitad de estos materiales proceden de la corteza terrestre, produciendo anualmente en el ámbito de la Unión Europea 450 millones de toneladas de residuos de la construcción y demolición (RCD); esto es, más de una cuarta parte de todos los residuos generados. Este volumen de RCD aumenta constantemente, siendo su naturaleza cada vez más compleja a medida que se diversifican los materiales utilizados. Este hecho limita las posibilidades de reutilización y reciclado de los residuos, que en la actualidad es sólo de un 28%.
Entre los materiales más utilizados, encontramos las maderas, los materiales pétreos, metales, aislantes, las pinturas y los insostenibles plásticos. Como veis el origen o la materia prima de estos principales materiales de construcción es muy diverso, algunos proveniente de recursos naturales y otros de fabricación con composición química o derivados del petróleo. Por lo tanto es fácil deducir que algunos de ellos serán fácilmente reutilizables o reciclables, mientras que otros necesitarán de procesos más complejos e incluso pueden llegar a convertirse en un deshecho permanente sin posibilidad de formar parte de un ciclo productivo cerrado.
La procedencia de los residuos generados por la construcción, provienen principalmente de las demoliciones de obras existentes y del excedente de material en las obras nuevas. En general, los escombros no son contaminantes, sin embargo con la diversificación de materiales que existen hoy en día como hemos visto, se pueden encontrar entre estos residuos diferentes tipos de toxinas, fibras, disolventes y aditivos que son perjudiciales para la salud y el medio ambiente, sin mencionar el impacto medioambiental y visual de los vertederos donde muchos de estos materiales van a parar cuando no participan de un proceso de reutilización o reciclado.
Con este post hemos querido dar un pantallazo al problema de los residuos de la construcción y una introducción a un tema importante que nos interesa tratar y que iremos desarrollando en próximas publicaciones para saber el estado actual de los diferentes materiales residuales y qué margen de mejora existe o qué ideas se pueden proponer para mejorar la situación actual.
Fuentes
http://huespedes.cica.es
Etiquetas: arquitectura, arquitectura sostenible, ciclo productivo, construcción, consumo energía, demolición, derribo, impacto ecológico, materiales de construcción, reciclaje, residuos, residuos de la construcción, reutilización, runas, tratamiento de residuos