Dos nuevos estudios desarrollados por investigadores del Centro Australiano de Investigación para la Salud de la Mujer y el Bebé, y la Unidad Nacional de Epidemiología Perinatal de la Universidad de Oxford, determinan que tras una primera cesárea, los riesgos de una segunda cesárea son menores, reduciéndose las posibles complicaciones severas en madres y bebés. Los investigadores apuntan además, que se debe desterrar la creencia de que tras un parto por cesárea, los futuros partos también deberán ser a través de esta cirugía, ya que actualmente existen técnicas que permiten que las futuras mamás decidan si su segundo hijo nacerá a través de cesárea o por parto vaginal.
Decíamos que se habían realizado dos estudios, el primero determinó que las mujeres que tuvieron su segundo hijo por cesárea tuvieron menos riesgos en el parto, el segundo estudio corroboró los datos de la investigación australiana al constatar que en la segunda cesárea se reducían las posibilidades de que la futura madre sufriera una ruptura uterina. Los expertos de ambos estudios determinan que las complicaciones en un segundo parto tras una cesárea, son más reducidas tanto si se da a luz en un parto vaginal o por cesárea.
En la investigación realizada en el Reino Unido, los expertos realizaron un estudio sobre los partos naturales tras una cesárea en un periodo comprendido entre los años 2009 y 2010, identificaron 159 casos de ruptura uterina, de ellos, 139 se produjeron por parto vaginal, siendo el riesgo hasta siete veces mayor que en las futuras mamás que decidieron que sus hijos nacieran por cesárea. Paralelamente, en el parto vaginal tras haber tenido una cesárea, el riesgo para los bebés fue mayor, hasta tres veces más probabilidades de que el bebé pudiera morir.
En la investigación australiana se realizó un seguimiento a 2.345 mujeres embarazadas tras haber alumbrado con anterioridad a un bebé mediante cesárea, las que optaron por la cesárea tuvieron menos hemorragias de carácter severo en comparación con las mujeres que optaron por el parto vaginal, algo que deriva en una reducción de los riesgos para el bebé.
Hasta la fecha, y según leemos en el artículo de BBC, en muchos países se cree que una primera cesárea condiciona el próximo parto para que también sea por cesárea, la razón de ello es que en la operación se cortaban fibras musculares del útero, algo que dificultaría las contracciones para un futuro parto vaginal, claro, que la cesárea ya no se realiza como antaño, ahora el procedimiento es distinto y se realiza una incisión horizontal en paralelo a la disposición de las fibras musculares, por lo que la cicatrización es mejor y además, la integridad del útero se mantiene pudiendo tener en un futuro un parto vaginal con contracciones y sin problemas.
En algunos países las futuras mamás que han superado las semanas del embarazo, pueden elegir el tipo de parto y decantarse por el parto natural, siempre y cuando los especialistas determinen que no existe ningún riesgo de complicaciones y en la cesárea que se realizó la incisión fue del tipo indicado.
Conociendo estos datos, los investigadores concluyen que los riesgos de una segunda cesárea son menores y que se podría prevenir una muerte neonatal por cada 66 cesáreas planeadas tras una cesárea anterior. La elección de un nacimiento vaginal o una cesárea conlleva distintos riesgos y beneficios, por ello se recomienda hablar con el especialista y valorar las opciones de forma individual. Podéis consultar más detalles de los dos estudios a través de este enlace (Reino Unido) y este otro (Australia), de la publicación de la revista científica PLoS Medicine.
Foto | wilf2