Legio Cybernética
El Adeptus Mechanicus está dividido en varias ramas y divisiones. Cada una de ellas está especializada en una de las miríadas áreas de tecnología arcana. La Legio Cybernética es una de las más antiguas ramas del Adeptus Mechanicus. Sus archivos más antiguos datan de los primeros días del Imperio e incluso se cree que fue anterior al Imperio. La Legio Cybernética tiene una larga historia y a sus miembros se les considera como una élite.Los Robots de la Legio Cybernética
La Legio Cybernética es responsable del cuidado y construcción de todos los robots dentro del Imperio. Los robots pueden ser usados por todas las fuerzas del Imperio y de los Marines, aunque siempre el control último es de la Legio Cybernética. A decir verdad, muchos de los adeptos de la Legio Cybernética han muerto mientras participaban en operaciones militares. La Legio Cybernética continúa en servicio, consciente de su valor como una fuerza de combate, incluso sufriendo un 90% o más de bajas.La Legio Cybernética esta organizado en varios miles de cohortes, aunque sólo un pequeño porcentaje de ellas están activas a la vez. Cada cohorte a su vez es organizada en manípulos de tres, cuatro, o cinco robots, con un tecnoadepto de la Legio Cybernética bajo su mando. El número de manípulos en una cohorte varía, pero rara vez son más de 100. Sin embargo, una cohorte por lo general opera a través de una fuerza entera de Marines de varios Capítulos o en un solo Ejército. Las batallas que implican a más de 4 o 5 manípulos son raras. Esto no quiere decir que nunca ha ocurrido, durante la Herejía de Horus por ejemplo, grandes cantidades de robots fueron desplegados por ambos contendientes, en un esfuerzo por minimizar las víctimas humanas, y mantener así el mayor número de efectivos disponibles para el enfrentamiento definitivo.
Cada manípulo es, en definitiva, una unidad autónoma. Las cuatro típicas unidades son manejadas sobre el campo de batalla por un solo tecno-adepto. Además de dar su programación definitiva a los Robots y supervisar su progreso, también es responsable de asegurarse que si algún Robot es dañado sea destruido tan rápidamente como sea posible porque puede representar un peligro potencial para sus compañeros. Cada Robot porta un sistema de autodestrucción que puede hacerse detonar a distancia si falla de algún modo. Aunque es poco probable que el tecno-adepto a cargo del manípulo esté presente sobre el campo de batalla, lo acompañan un número importante de otros discípulos menores que realizan todo el mantenimiento y reparación de funciones para el manípulo. Sus servicios son sumamente codiciados para otros fines, ya que el tecno-adepto de la Legio Cybernética puede realizar cualquier reparación o mantenimiento de prácticamente cualquier equipo imperial.
Las cohortes de la Legio Cybernética ocasionalemente son asignadas en las campaña de un capítulo de Marines, tal como ocurrió durante la Operación Cartago (la Segunda Pacificación de Isstvan V). Cuando el Capítulo de Leones del Desierto tomó las fortalezas de defensa planetarias fueron precedidos por una cohorte completa de Robots de la Legio Cybernética. Los Robots parecía que habían sido programados para avanzar de una manera sin sentido convirtiendose en objetivos fáciles para los defensores. Sin embargo, los Leones del Desierto aprovecharon la oportunidad para flanquear las posiciones de los defensores aprovechando los puntos ciegos de sus defensas. De esta forma los Leones del Desierto sólo sufrieron siete bajas.
Los Robots supervivientes entraron a formar parte del capítulo con sus condecoraciones y marcas de honor correspondientes como una señal de respeto y reconocimiento.
La Inquisición también ha usado las cohortes de la Legio Cybernética ya que, por naturaleza, son incorruptibles. Su pre-programación y su naturaleza no biológica los convierten en las tropas perfectas contra mutantes y otras poblaciones contaminadas. El terror que causan los Robots cuando son usados contra tropas no preparadas o desarmadas no ha pasado inadvertido para la Inquisición. Combinado con su inherente lealtad los ha convertido en tropas muy valoradas en la armería de la Inquisición. Cohortes incluidas en las fuerzas de la Inquisición por lo general son manejados por personal técnico del Ordo Malleus, más que por tecno-adeptos de la Legio Cybernética. Los robots pueden ser puros e incorruptibles pero los hombres no.
Este hecho fue evidente durante la Herejía de Horus, cuando muchas cohortes de la Legio se rebelaron bajo el liderazgo del Señor de la Guerra Horus. Las cohortes habían sido colocadas bajo el mando del Señor de la Guerra para una nueva cruzada. Cuando Horus ordenó a sus fuerzas avanzar contra el Emperador, las cohortes bajo su mando obedecieron la orden. En la lucha que se desató a continuación muchos miembros más del Adeptus Mechanicus se unieron a Horus en su rebelión. Después de la derrota y el destierro de las Legiones de traidores, las cohortes de la Legio Cybernética deshonradas también escaparon al Ojo del Terror, lugar donde todavía permanecen.
Desde la derrota de Horus, la Legio Cybernética se ha comprometido de nuevo con el Imperio. Sus miembros ahora realizan juramentos obligatorios de lealtad mucho más terribles que cualquiera de los juramentos de los Capítulos de Marines Espaciales. En los últimos milenios de subordinación al Imperio han recuperado el respeto y la admiración de el resto del Adeptus Mechanicus, de la Guardia Imperial, y del Adeptus Astartes. Los manípulos requieren menos espacio de transporte que cualquier otra unidad militar (los Robots pueden ser transportados por el espacio sin sufrir daño alguno), no ncesitan apoyo vital ni tampoco necesitan alimento (los Robots no comen ni beben) y necesitan menos apoyo en el campo de batalla (Los Robots transportan su propio Apoyo Pesado). Muchos Robots usan armamento estándar, reduciendo la necesidad de aprovisionamiento especializado y pueden intercambiar partes con los Dreadnoughts lo que los convierte en sumamente populares entre los Comandantes.
Algunas de las cohortes más viejas de la Legio Cybernetica se remontan a la Primera Cruzada del Imperio o incluso antes. Esta creencia tiene su origen en que los robots son a menudo canibalizados para proporcionar repuestos para su dañados hermanos. Considerando como se mide la vida útil de la tecnología Imperial, tal reclamación de antigüedad se hace razonable. Esto hace posible que la pierna de aquel robot o aquel otro blindaje, han estado en casi constante empleo durante más de diez mil años.
Igual que un Dreadnought, un Robot es el producto de avanzadas tecnologías que fabricaron su blindaje, su musculatura artificial, su sistema nervioso, su cortex, su batería energéitca, su sistema de control de armas y los interfaces de equipo. Los tecnosacerdotes cuentan que muchos de sus Robots vienen de antiguos diseños extraidos de los bancos de memoria. Los modelos Castellán y Cruzado, por ejemplo, son conocidos por haber luchado a ambos bandos durante la Herejía de Horus. Sus diseños han permanecido prácticamente inalterados desde aquellos tiempos aunque quizás con leves variaciones.
Muchos de los componentes de los Robots son idénticos a los componentes de los Dreadnought. Esta similitud mucho la logística y el mantenimiento. Muchas cohortes de la Legio Cybernetica han sido desmantelados para poder reparar Dreadnoughts por eso, los tecno-adeptos no tiene ningún pudor en desmantelar armaduras de Dreadnought (a veces incluso matando a su piloto en el proceso) cuando realizan reparaciones en el campo de batalla.
¿Qué es lo que hace diferente a un Robot de un Dreadnought sin piloto?: El Cortex. Los Robots poseen lo que se llama un Cortex, ésto es un cerebro artificial construído con proteínas y enzimas artificiales. Su cortex está programa con rutinas de movimiento y mantenimiento como una mente rudimentaria. Esto permite al Robot obedecer simples órdenes para marchar al campo de batalla. Estas rutinas impresas hacen a menudo que un Robot pueda desarrollar una devoción equivalente a la de un perro por su tecno-maestro.
Antes de un batalla estas rutinas son sustituidas por rutinas de combate. Estas rutinas pueden ser diferentes en cada batalla definiendo, por ejemplo, cuando abrir fuego o detonar las cargas de autodestrucción.
Cada pieza de programación es introducida en una pequeña lámina de bioplástico, del mismo tamaño que una tarjeta de crédito. Muchos soldados las cogen de Robots destrozados como talismanes pensando que así conseguirán el alma y coraje del robot.
Sin un Cortex un robot es como un bolter sin Marines Espacial.
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Traducido del artículo Chapter Approved: Imperial Robot del número 104 de la edición inglesa de la revista White Dwarf de agosto de 1988.