Bueno, los S-300 rusos vuelven a salir a la prensa. Éste es un sofisticado sistema antiaéreo fabricado en Rusia que, por vez primera, ha sido entregado al gobierno dictatorial de Siria encabezado por el inefable Al-Assad, hijo de Al-Assad, y cabecilla de la minoría alauita en ese enorme puzle de grupos que forman el mundo musulmán. Ya sabéis, en la guerra de Siria, al igual que en la guerra entre palestinos y judíos, no hay buenos. Ni en la guerra de Irak, ni en Afganistán. Todos cometen atrocidades. Lo único que cambia son los grupos de intereses y países que apoyan las distintas facciones y los medios de comunicación que los sostienen.
La semana pasada, leyendo El País, me puse rojo. Rojo vergüenza. Este periódico se escandalizaba por la entrega por parte de Rusia de los S-300 al gobierno de Siria, afirmando que dichas armas aumentarían el poder del ejército sirio y su capacidad de fuego. Bueno, los S-300 son una arma 100% defensiva. No sirve para atacar y tampoco para cometer atentados que luego, siempre se atribuyen al bando contrario. No sirven para matar civiles. Los S-300 sirven para derribar aviones, helicópteros y drones. A Occidente les preocupa que los S-300 puedan derribar algún F-18 en caso de intervención, que no creo que llegue nunca. Nada más, mientras tanto, el negocio de venta de armas a los bandos enfrentados va viento en popa. Y casi todos los civiles mueren por armas cortas o de poco calibre. Me recuerda todo esto a la guerra que puso fina al sueño de Europa, la Guerra de Yugoslavia.
Vivimos en un mundo manipulado, aunque no nos importa. Los medios españoles acusan al gobierno de Israel de muchas cosas pero luego no explican que les compramos misiles (Spike anticarro y en versión aire-superficie, entre otros), y pequeños drones. Pero, vaya, un poco de precisión. Además, de los S-300 hay muchas versiones y nunca he leído qué versión se ha entregado al gobierno de Siria. De ahí una confusión entre los periodistas españoles al describir las capacidades de dichas armas. Vaya, que lo ponen en el titular y luego no saben bien de lo que hablan. Sorprendente. No es lo mismo 200 que 300 km. de alcance.
Sobre la industria militar rusa. Es curioso. Nunca ha dejado de ser puntera. Imagino que, en parte, se debe a sus famosas escuelas de ingenieros. A la educación, vaya. En la última guerra del Líbano pequeños antitanques portátiles fabricados en Rusia abrieron como si fueran de hojalata los míticos carros de combate Merkava de Israel, lanzados por los milicianos de Hezbollah. Algo que los medios occidentales silenciaron.
Si el mal periodismo es constante en política nacional, también está presente en las páginas de internacional. Más que periodismo, los medios de comunicación son puro lobbismo.Quizá siempre haya sido así y yo haya sido un pardillo.
Los S-300 rusos y la mala prensa