Los Sabores de Alejandra

Haré una pequeña actualización de mi vida pseudo laboral.
En enero de este año quedé sin trabajo. En otras circunstancias, probablemente ya estaría nuevamente de regreso donde mis papás, lamentando mi actual situación, con un cuadro depresivo evidente o hecha un mar de lágrimas
Gracias a Dios tengo un marido maravilloso y apañador, que me ha ayudado en todos estos meses, de todas las formas posible y una red de apoyo de familiares y amigos por los que daría la vida. Y además tengo la experiencia de vida de mi anterior despido, hace 4 años.
Con estas cosas, decidí hacer algo distinto con mi vida.
Siento que estamos en una época en el mundo, o al menos en Chile, en que quedan muy pocas ganas de trabajar para alguien o algo. Dan ganas de ser tu propio jefe, de hacer lo que a uno le gusta desde la propia perspectiva, de generar cosas que realmente te satisfagan como persona y, dentro de lo posible, que te genere dinero para vivir. En otras palabras, estamos en el era del emprendimiento. Y en eso estoy yo ahora.
Hace casi exactos 3 meses y estando en mi situación de dueña de casa, me enteréque  una muy buena pareja de amigos habían tenido a su segunda hija. Obviamente decidí ir a conocerla y de pasadita ponerme al día con estos amigos. Como no tenía mucho dinero para hacer un regalo, opté por llevar el postre: un queque de avena con nueces, receta de mi Abu. Ese queque, y varios otros,  los he hecho desde siempre, por lo que no me resultó extraño ni único su sabor. Pero a mis amigos sí. Simplemente lo amaron. Y sin yo sugerirlo siquiera, me "obligaron" a ponerle precio y a venderles un nuevo queque para el día siguiente.
Algo similar pasó cuando fui de visita donde otros amigos. Amaron el queque que llevé para tomar once y me pidieron uno igual para el día siguiente.
Y así más o menos nació la idea de hacer queques.
Es algo que me llena profundamente, que no me molesta hacer y que ha generado un sentido de la responsabilidad que yo no sabía que tenía.
Luego de 3 meses, de invertir plata e ideas, de acostarme muchas veces más tarde de lo esperado y de levantarme a horarios impensados para alguien que está desempleado formalmente, puedo decir que me encanta hornear, es algo que salió de la nada, que no fue buscado y que ha rendido frutos personales. Me apasiona, me llena y me permite manejar mis horarios.

Dudo mucho que me haga millonaria haciendo queques, pasteles y panes, pero quién sabe? Quizás si sigo así, si mis clientes aumentan y si más adelante me perfecciono, podría instalar mi cafetería soñada y dedicarme 100% a esto. Sería topísimo.
Por ahora, sigo buscando trabajo fuera de casa, básicamente porque hay que seguir viviendo, pero no quiero dejar de lado mi nueva vida de pastelera. Ahora que descubrí lo maravilloso que es hacer lo que uno ama, no puedo ni quiero volver atrás.
Y si usted quiere apoyarme, o al menos salir de la curiosidad, entre a Sabores de Alejandra y salga de dudas!!! Como siempre digo, "haz tu pedido con nosotros".
Estoy feliz y quería compartirlo al mundo.