Este fruto seco no te aporta ni pizca de colesterol y cuida tu corazón, tu cerebro y tu piel. Aunque es rico en calorías, es apto para cualquier dieta, pues su grasa es sana y no tiende a acumularse.
El anacardo es originario de Brasil, fue introducido por los españoles en Centroamérica, desde allí se extendió a África, India, y Filipinas. En la actualidad, se produce sobre todo en India, Mozambique y Brasil. Tiene un sabor dulzón y una textura que lo hacen muy agradable al paladar. Se vende tostado y también crudo (y siempre pelado, pues su cáscara contiene un aceite perjudicial para la salud).
Están llenos de minerales y grasas que te benefician
Como todo fruto seco, el anacardo es muy rico en ácidos grasos insaturados como el oleico y el linoleico, que, además de ser beneficiosos para el sistema nervioso y la piel, reducen el colesterol malo (LDL), aumentan el bueno (HDL) y protegen el corazón, lo que disminuye el riesgo de enfermedades coronarias como el infarto o la angina de pecho.
Pero además: contiene vitaminas B1, B2 y B5. Nutrientes que son esenciales para el buen estado del corazón, de los músculos y del cerebro, así como también para la salud de la piel y las mucosas. Además ayuda a asimilar los hidratos de carbono y a aprovechar la energía que éstos aportan, y contribuye a mejorar las defensas.
Nos aporta una buena dosis de potasio, hierro, fósforo y, sobre todo magnesio (250 mg por 100 g). Es, sin duda, uno de los alimentos más ricos en este mineral junto con las semillas de girasol. Para que te hagas una idea: alimentos como la carne, la leche o los huevos sólo contienen 24 mg de magnesio por 100 g. este mineral es básico para la transmisión de impulsos nerviosos, y su carencia puede ser el origen de trastornos como el nerviosismo, irritabilidad, calambres musculares y espasmos.
También es muy rico en proteínas. De hecho, su contenido en este nutriente es proporcionalmente mayor al de la carne, el pescado o los huevos.
Su contenido en hidratos de carbono es muy escaso, por lo que las personas diabéticas lo toleran muy bien.
Sólo engordan si los tomas en exceso
No debemos renunciar a un alimento que, además de ser tan valioso desde el punto de vista nutricional, también es delicioso. Pero algunas personas se privan del consumo de anacardos, y de otros frutos secos, porque dicen que tienen muchas calorías. Es cierto que contienen un buen número de calorías (574 por 100 g), pero éstas provienen sobre todo de los aceites mono y poliinsaturados, que se metabolizan rápidamente y no tienden a depositarse en el cuerpo en forma de grasa. Todo lo contrario de lo que ocurre con las grasas saturadas de origen animal, presentes principalmente en embutidos, quesos curados, lácteos enteros, bollería industrial, que sí favorecen el sobrepeso.
Es decir, que a igual número de calorías, los anacardos engordan menos que los alimentos ricos en grasas saturadas. Por lo tanto, puedes tomar tranquilamente un puñadito cada día, y no por ello sufrirá tu dieta. En realidad, los anacardo, y, en general, todos lo frutos secos, pueden convertirse en un buen aliado para perder peso si su consumo sustituye al de otros alimentos igual de calóricos pero menos saludables.
Inclúyelos en tu dieta
Actualmente, se recomienda incluir frutos secos en la dieta e incluso consumirlos habitualmente. Siempre que puedas consúmelos crudos, (sin tostar), mastícalos bien, y toma poca cantidad, pues si tienes el estomago delicado te pueden resultar indigestos.
Composición nutricional
Proteínas 150 g
Hidratos de carbono 33 g
Fibra 3 g
Grasa total 46 g
Grasa saturada 9 g
Grasa monoinsaturada 27 g
Grasa monoinsaturada 27 g
Grasa poliinsaturada 8 g
Colesterol 0 mg
Vitamina E 0,6 mg
Fitoesteroles 158mg