En la noche del 18 febrero 1930, el joven Clyde Tombaugh realizó el descubrimiento de su vida. El astrónomo del Observatorio Lowell comparaba dos placas fotográficas tomadas el mes anterior, cuando advirtió una diminuta mancha de luz que aparecía en dos posiciones relativas ligeramente diferentes con respecto a las estrellas quejas de Géminis. Unos meses después los astrónomos llamaron al objeto "Plutón", el primer habitante conocido del sistema solar más allá de Neptuno.
El Cinturón de Kuiper es un enorme toro de objetos helados en torno al sistema solar
Los astrónomos necesitaron varias décadas antes de encontrar un objeto semejante. En 1992, los investigadores de la Universidad de Hawai, Dave Jewitt y Jane Luu localizaron un objeto que orbitaba el Sol enteramente más allá de Neptuno. Este descubrimiento del objeto 1992 QB1 convenció convenció a los astrónomos de que existía un vasto cinturón con un disco de objetos que rodea nuestro sistema solar. Éstos antiguos cuerpos representan los fósiles de la era de formación planetaria.
En realidad, había pistas de la existencia de este cinturón anteriormente. En la década de los 30, 40, y 50, los científicos planetarios: Frederick Leonard, Kenneth Edgeworth y sobre todo Gerard Kuiper, espcularon la existencia de un conjunto de lejanos cuerpos en el borde del sistema solar exterior.
Posteriormente en 1977, Charles Kowal de la Universidad de Arizona descubrió de un cuerpo helado llamado Quirón se mueve alrededor del sol cruzando las órbitas de Saturno y Urano, tiene 180 km de diámetro y sigue una trayectoria dinámicamente inestable, por lo que debe de haberse formado un en regiones más lejanas. Pero a pesar del descubrimiento de Quirón, que los astrónomos reconocen ahora que es un cuerpo fugado del Cinturón Kuiper, no era una evidencia contundente para demostrar la existencia de del cinturón, pero desde los años 80 los investigadores en dinámica cometaria ya comenzaban a reunir evidencias convincentes. Sus integraciones orbitales mostraban que incluso la lejana Nube de Oort de cometas no podía suministrar la mayoría de los cometas que se movían en el plano de la eclíptica, donde se mueven los planetas. Debido a todo esto se formó un consenso entre los científicos planetarios que que el famoso Cinturón de Kuiper tenía que existir. Pronto, modelos dinámicos cada vez más sofisticados confirmaron este resultado, indicando la presencia de una lejana reserva de cometas y posiblemente de cuerpos aún mayores órbitaba el Sol más allá de Neptuno.
Los objetos del cinturón de Kuiper se mueven aproximadamente en el plano del sistema solar
Los observadores dirigieron sus telescopios y sus cámaras CCD hacia el cielo para localizar estos cuerpos. El descubrimiento de Jewitt y Luu de 1992 QB1 con poco después del años de infructuosas búsquedas de varios equipos luchando por encontrarlos, como agujas en pajares. Incluso con brillos de magnitud 24 y 25 resultan millones de veces más débiles que el objeto celeste más débil visible a simple vista, además estos cuerpos apenas tienen un movimiento aparente contra las estrellas.
Un año después del descubrimiento de 1992 QB1, los astrónomos encontraron otros cuatro objetos del Cinturón de Kuiper, llamados por sus siglas en inglés (KBOs). Dos años después la cuenta ascendía a 10 y para el 10º aniversario del descubrimiento de 1992 QB1, el recuento de KBOs se acercaba a 1000. Pero lo más sorprendente de todo, era que las búsquedas destinadas a encontrar estos cuerpos apenas habían explorado el 1% de los más de 15.000 grados cuadrados de cielo alrededor del plano de nuestro sistema solar, también llamado plano eclíptico.
Los astrónomos planetarios se dieron cuenta que una gran número de descubrimientos en una fracción del cielo tan pequeña implicaba que la población de estos objetos es muy vasta. El cinturón de Kuiper se extiende por más de 6500 unidades astronómicas (UA, 1 UA a es la distancia promedio entre el Sol y la Tierra, casi 150 millones de kilómetros). Este cinturón circunda al Sol en forma de un enorme toro que se extiende hasta al menos 55 UA.
Continuará...
Publicado en Odisea cósmica
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