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Los servicios en Internet que se vuelven trampas sin salida

Publicado el 06 diciembre 2014 por Jorge Luis Barrios Mejia @BlueScire

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En Internet hay 63 servicios de los que es “imposible” borrarse y 77 que son difíciles, según un sitio que los categoriza. Si bien la mayoría no presenta obstáculos para desactivar o eliminar una cuenta, hay muchos que complican esta decisión de los usuarios.

Facebook, Twitter, YouTube, Netflix. Cada vez son más los servicios en los que un usuario se registra. Los pasos para hacerlo son, en general, muy rápidos y no le insumen demasiados minutos a los internautas. Por el contrario, si bien borrarse de estos sitios es fácil en la mayoría de los casos, es engorroso en otros.

Para mostrar cada una de las formas de “eliminarse”, el desarrollador informático Robb Lewis creó el sitio Justdelete.me (Simplemente, bórrame). Allí aparecen unos 380 servicios, de los cuales entregan un enlace directo para suprimir su cuenta. Si bien la mayoría de los usuarios no lee los términos y condiciones de los servicios, allí se explican diferentes modalidades para borrar o desactivar la cuenta.

Jorge Morel Ramos, máster en Derecho de Internet para la Empresa y creador de la web Términos y Condiciones.es, explicó a El País que esos textos indican “cuánto tiempo le llevará (a un usuario) ‘desaparecer’ del servicio en cuestión”.

También está especificado si quedarán datos en la plataforma, qué podrá hacer el servicio con esa información y si existe algún tipo de posibilidad de arrepentirse y volver a utilizarlo.

“Cada servicio aplica sus propia ‘reglas’ de negocio y otorga (o no) mecanismos para eliminar las cuentas de usuarios a las personas”, aseguró Maximiliano Alonzo, experto uruguayo en seguridad informática.

¿Borrado fácil? Justdelete.me categorizó a cada uno de los servicios en función del grado de dificultad para borrarse o desactivar la cuenta. De ese modo, encontró 63 sitios en los que es “imposibles” lograrlo. “Numerosas empresas usan una técnica llamada ‘dark pattern’ para dificultar la eliminación de cuentas de usuario en sus servicios web”, señala el sitio.

En está categoría está Netflix, la popular plataforma para ver películas y videos por Internet. Según cuenta Justdelete.me, “No se eliminará completamente, bajo la premisa de que quizás querrás reabrir la cuenta y mantener el historial y las notificaciones”. También ocurre con Coachsurfing, un portal en el que los usuarios ofrecen alojamiento a personas extranjeras. Según informa esta web, un usuario “no puede ser eliminado totalmente; la reactivación está siempre disponible”.

Además de las “imposibles”, hay 77 “difíciles de borrarse”, 27 “medianamente” complicadas” y 213 “fáciles”.

Respecto a las populares redes sociales, se plantea que Facebook tiene una dificultad “media”. Quiere decir que si bien un usuario puede borrar su cuenta de manera “fácil”, alguna información como el chat o los mensajes en grupo “son guardados para siempre”.

El servicio creado por Mark Zuckerberg ofrece la posibilidad de “desactivarlo” (dejarlo inactivo e invisible para el público, pero con la posibilidad de retornar) y eliminarlo directamente (supresión de información personal, fotos y publicaciones para siempre), lo que demanda un período de hasta 90 días.

Twitter lo cumple en dos pasos. Primero desactiva la cuenta por 30 días y después de ese plazo la cuenta es eliminada “permanentemente”. Un usuario puede reactivarla “en cualquier momento de ese plazo, solo iniciando sesión de nuevo”.

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Derecho al olvido.

No solo de determinados servicios las personas quieren borrarse. Internet hizo que aflorara en los últimos tiempos el derecho al olvido, un privilegio que está contemplado en la Constitución de la República. El artículo 8 de la ley 18.331 señala que “los datos deberán ser eliminados cuando hayan dejado de ser necesarios o pertinentes a los fines para los cuales hubieren sido recolectados”.

En este contexto, la Agencia del Gobierno Electrónico (Agesic) y el Poder Ejecutivo ya dieron trámite a dos solicitudes de baja de datos de páginas de organismos públicos. “Los denunciantes reclamaron que determinada información personal persistía en la web. Eso causaba un perjuicio a su imagen profesional, a su honor y dignidad”, aseguraron a El País en julio de este año fuentes de Agesic. Las autoridades admitieron que era así y la información fue eliminada.

El caso más paradigmático en el mundo fue el de Mario Costeja, quien constató que al introducir su nombre en Google aparecían dos anuncios sobre una subasta de inmuebles relacionada con un embargo derivado de deudas a la Seguridad Social, sucedido diez años antes y ya resuelto. “Para Google sigo siendo deudor”, se quejó con El País de Madrid. Por tal motivo, un día Costeja exigió al gigante informático que eliminara los resultados de esa búsqueda, porque el embargo ya estaba pago.

Ese hecho sentó un precedente en el viejo continente que llevó a los magistrados a plantearse la situación a nivel general. Así, en mayo de 2014 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea reconoció que los ciudadanos tienen derecho a reclamar a Google y otros buscadores que retiren enlaces que contengan informaciones que los perjudiquen y ya no sean pertinentes.

Hasta septiembre de este año, el gigante informático recibió un total de 120.000 peticiones de derecho al olvido. En total, las direcciones web que los usuarios requirieron retirar llegaron a las 457.000. Esto equivale a casi cuatro enlaces por persona, informó Europa Press.

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