Según información que publica la revista El Observador, los servicios jurídicos de la Diputación de Málaga estudian la reducción del canon a la empresa que gestiona el coso para evitar una “espantada” que amenaza con dejar a Málaga sin corridas:
“La temporada taurina en Málaga capital ha sido este año, en términos económicos, un absoluto desastre. Bien sea por pérdida de la afición o por la simple falta de dinero, el público ha dejado de asistir a la plaza de La Malagueta. La empresa de los hermanos Chopera (concesionaria de este coso junto a empresarios malagueños del Grupo Mundo y responsables, también locales, del grupo Moliere) ha advertido de que el pliego de condiciones, tal y como está redactado, es inviable. Para evitar “que esto se hunda” -en palabras de Óscar Chopera- piden a la Diputación de Málaga, propietaria de la plaza, una rebaja en el canon y programar menos espectáculos. Cuestión esta que, según indican fuentes de toda solvencia del ente provincial a EL OBSERVADOR, depende de un dictamen de los servicios jurídicos que se prevé se produzca el próximo mes de noviembre.
UNA de las herencias de la anterior corporación de la Diputación de Málaga 2007/2011 presidida por Salvador Pendón se materializa en la deuda de un millón de euros que dejaron anteriores adjudicatarios de la plaza de toros de La Malagueta. La unión temporal de empresas (UTE) formada por los toreros Francisco Rivera y Javier Conde, el apoderado Simón Casas y el empresario Fernando Puche como accionista mayoritario, adeuda el canon de 375.000 euros por dos temporadas, además de derechos de televisión e intereses de demora. La postura de los deudores es que hubo acuerdos verbales con Pendón que fueron incumplidos, y en un momento en el que la plaza fue remozada por la empresa Sando, que tras un sobrecoste añadido del 50 por ciento acabó cobrando al gobierno provincial 987.526 euros. El asunto va dando pasos para resolverse en tribunales.
CON estos antecedentes, la corporación de Elías Bendodo que da relevo a Pendón, abre un concurso en el que se rebaja significativamente el canon, de 375.000 a 240.000 euros, se plantea la programación de más espectáculos taurinos, y se valora también la ejecución de otras actividades de ocio y espectáculos con las que se pueda sacar rentabilidad a esta infraestructura. La convocatoria la gana una UTE formada por grupo Mundo y grupo Moliere, empresarios malagueños que se encargarán de todo lo que no sean toros, quedando la parte taurina para la empresa vasca de los hermanos Chopera.
EL resultado más visible de esta última adjudicación ha sido que el coso se ha abierto a la celebración de las más variadas actividades, desde ferias de la tapa a desayunos populares. Sin embargo, el mayor problema está en la baja asistencia a las corridas de toros. No ha habido ningún lleno, y ha descendido la venta de abonos (que tienen un coste de entre 950 y 110 euros para la feria de agosto) y de entradas lo bastante para que Óscar Chopera declare que si no hay una reducción de festejos para la próxima temporada “no sé qué pasaría, pero el año ha sido duro y muy complicado, pero un abono de 15 festejos en Málaga no tiene razón de ser ni viabilidad (…) Los números no se pueden soportar ante esta situación de crisis, ni por parte de la empresa ni por la de los aficionados”.
EL pasado septiembre, la Diputación mantiene una reunión con los concesionarios en la que se ponen sobre la mesa los malos resultados, achacados entre otras cuestiones, a la subida del IVA, y la solicitud de modificar el pliego de condiciones para programar menos festejos -no más de diez por temporada- amén de una rebaja en el canon. La corporación del PP en el ente provincial se muestra “sensible” ante lo que está ocurriendo y deja en manos de los servicios jurídicos la posibilidad de aceptar la propuesta siempre que esté de acuerdo a Derecho.
SERÁ, según fuentes de la Diputación, el próximo mes de noviembre cuando se conozca el dictamen de los servicios jurídicos que tienen ante si la tarea de dar un difícil encaje legal a esta rebaja. Sobre el tapete, el riesgo de una espantada de una empresa que obviamente no quiere volver a asumir pérdidas, y la complicada decisión política de tragar con esta rebaja. Algo, por otra parte, que se guarda semejanzas con las habituales prácticas de añadir un sobrecoste que se producen en la obra civil, y que ha ocurrido sin ir más lejos en la propia plaza de La Malagueta.”