El paso de los años (y décadas) han acabado haciendo mella en una de las series más longevas de la historia de la televisión. ‘Los Simpsons’ han sido durante mucho uno de los referentes en la cultura pop, pero en las últimas temporadas el desgaste ha sido considerable. Unos guiones reducidos a guiños cinéfilos metidos con calzador, una película que no llenó las expectativas depositadas en ella (de hecho, parece casi haber pasado al olvido) y la competencia con las producciones de Seth McFarlane, Padre de Familia y Padre Made in USA, que han optado por un humor más gamberro y desagradable, han hecho que Los Simpsons sean una copia de sí mismos.
Ahora, han surgido más problemas, en esta ocasión por parte de los dobladores de la serie.
El problema parece haber surgido porque la serie, al no ser ya rentable, tiene que sufrir una reestructuración presupuestaria que pasa por reducir drásticamente el salario de los dobladores, que a día de hoy cobran unos 400.000 dólares por episodio. Como podéis imaginar, los actores no están dispuestos a sufrir un recorte de más del treinta por cierto (las cifras varían en cada fuente, he llegado a escuchar incluso un setenta por ciento) y sólo aceptarían eso si pudiesen ganar un porcentaje de los beneficios que la serie genera en merchandising, algo a que la productora ya se ha negado en rotundo. Tras un comunicado oficial donde desmienten los rumores de su inminente cancelación, hablando del buen estado creativo de la serie y de su renovación para una nueva temporada, sí admiten que el modelo de negocio no es viable, y siendo realistas, eso es lo que en los estudios de Hollywood y de televisión es un síntoma inequívoco de que se está llegando al final.
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