Los sofocos son espontáneos, aunque también puede haber factores desencadenantes como el estrés, los ambientes cerrados o el consumo de bebidas estimulantes o alimentos picantes
Los sofocos son, sin duda alguna, una de las manifestaciones más características del climaterio y quizá una de las más molestas. Afectan casi a un 80% de las mujeres, suelen iniciarse en el periodo perimenopáusico y se prolongan durante varios años. Un reciente estudio demuestra que pueden durar hasta diez años, o incluso más, en contra de lo que se creía hasta ahora: que solo se mantenían una media de cuatro a cinco años. Los sofocos pueden durar hasta diez años, según concluye una investigación publicada en la revista "Obstetrics & Gynecology". El trabajo se efectuó con un grupo de 400 mujeres entre 30 y 40 años que todavía no habían llegado a la menopausia cuando se inició el estudio. Cada año se les controlaba su estado de salud y se registraba cualquier síntoma de menopausia. Los sofocos fueron generales y solo 55 de ellas no los manifestaron. La mayoría (259 mujeres) los tuvieron de moderados a intensos, mientras que el resto los describió como leves. Los sofocos se prolongaron, como media, alrededor de 10 años, y su persistencia estaba directamente relacionada con el momento en que se habían iniciado. De esta manera, en las mujeres que los habían empezado a sufrir más tarde, la duración media era de unos 3,8 años, mientras que quienes los padecían desde antes, se prolongaban hasta 11,5 años.Calor intenso, sudoración y pulso acelerado
Cuando una mujer tiene menopausia precoz o tardía, con una elevada frecuencia, ha ocurrido lo mismo a su madre y hermanasEsta sensación de acaloramiento es una de las manifestaciones más frecuentes durante la menopausia. Afecta a cerca del 80% de las mujeres, con una duración e intensidad variables. Mientras que en algunos casos duran segundos, en otros pueden dilatarse varios minutos. Es habitual que duren de 3 a 6 minutos y que se repitan varias veces a lo largo del día y de la noche, cuando son más frecuentes en número. En estos casos, la mujer se despierta con sensación de calor intenso, sudoración y pulso acelerado. Los sofocos surgen de forma espontánea, aunque detrás puede haber algunos factores que los desencadenen, como el estrés, los ambientes cerrados o el consumo de bebidas estimulantes o alimentos picantes. Todavía no se conocen los mecanismos exactos que los provocan, aunque sí está clara su relación directa con la disminución de los estrógenos, hormonas femeninas. Su desarrollo parece estar causado por una alteración del centro de control de la temperatura que está situado en el hipotálamo, una pequeña estructura de la base del cerebro. Un factor -desconocido aún- parece activar el mecanismo de la pérdida de calor, lo que produce una dilatación de los vasos sanguíneos y sudor. Después, el cuerpo intenta recuperar el calor perdido con una vasoconstricción y escalofríos.