Sin duda alguna, la década de los 80 fue una época dorada para el cine fantástico y de terror, y cuando a dicha época la defino como “dorada” no me refiero estrictamente a la calidad que pudieran atesorar las obras creadas en esos tan añorados años, sino que con tal término también pretendo subrayar que esa década fue de lo más fructífera en cuanto a número de producciones realizadas.
Fueron muchísimas las películas de terror o de género fantástico, que con mejor o peor fortuna, invadieron las carteleras de las salas de cine y de los video-clubs de medio, o mejor dicho, de todo el mundo. Algunas de ellas muy recordadas y veneradas, otras sin embargo, pese a ser películas de gran calidad y de incuestionable interés cinéfilo, se perdieron en los infiernos del olvido debido al implacable paso del tiempo o quizá a otras circunstancias; las cuales desconozco. Y creo que es un acto de justicia recordar algunos de esos títulos, que a pesar de que en su momento nos divirtieron cosa mala, puede que no tuvieran la suerte de calar lo suficientemente hondo como para ser recordadas por la mayoría de espectadores que disfrutaron de ellas en su momento de esplendor.
Y la primera obra de la que quiero hablaros no es otra que “Muertos y enterrados”, un film que me gustó muchísimo en mi infancia, y ya en mi adolescencia me preocupé por adquirirla (en VHS,por supuesto) para poder disfrutarla cuando y cuanto quisiera en la comodidad del dulce hogar. Lo curioso del caso es que hasta hace unos días “Muertos y enterrados” había desaparecido por completo de mi mente, algo que no puedo explicar porque os aseguro que me encanta este film, así que me dije; esta película se merece un pequeño homenaje por parte de Tierra de Cinéfagos, pero después de mucho pensar (10 minutos) me dije a mí mismo ¿Y por qué no hacer un especial donde cada X tiempo los cinéfagos vayamos recomendando y analizando algún film de terror de los años ochenta que a pesar de tener calidad de sobras pasó desapercibido? Se lo comuniqué inmediatamente al ser supremo del blog y me dijo: Adelante con ello. Así que a un servidor, que es muy obediente, no le queda más remedio que acatar las ordenes recibidas, y a éso voy.
“Muertos y enterrados” es un film del año 1981 dirigido por Gary Sherman. El guión de esta magnífica película de terror lo firman nada más y nada menos que Dan O’Bannon y Ronald Shusett, responsables de guiones de obras tan interesantes como “Alien el octavo pasajero”,”Alien el regreso” o “Desafio total” (entre otras). En un principio las intenciones de la productora eran que “Muertos y enterrados” fuese una comedia de humor negro, pero finalmente debido a algunos problemas internos eliminaron las escenas humorísticas y decidieron retomar el film dándole un enfoque más oscuro y terrorífico,cambio que a mi parecer resultó todo un acierto, pues no puedo imaginarme una historia tan espeluznante y siniestra como la del film que nos ocupa convertida en una parodia de risa fácil. Pero dichos cambios no favorecieron para nada al film, que al ser editado multitud de veces y recortado por aquí y por allá no acabó de convencer a la productora y debido a ese detalle no le dieron la importancia que merecía a esta brillante obra, una verdadera lástima.
El encargado de los efectos especiales de esta obra es el inolvidable Stan Winston, un verdadero genio del maquillaje, conocido por cualquier cinéfilo que se precie ,y que fue padre y creador de criaturas como Depredador o Terminator. El señor Winston en “Muertos y enterrados” realizó(como siempre nos tenía acostumbrados) un trabajo impresionante, realmente para quitarse el sombrero, teniendo en cuenta el bajo presupuesto con el que contaba esta esplendida película. La caracterización de los cadáveres es una faena digna de los mejores maestro de la historia del cine, y si además tenemos en cuenta la época en la que fue rodado el film y el presupuesto con el que contaba el mismo, el mérito se convierte en algo que casi se podría calificar como de milagro, y no es una exageración, ni mucho menos, los que habéis visto la película entenderéis a lo que me refiero y los que aún no habéis tenido el placer de verla ya lo descubriréis, estoy seguro de ello.
La historia de este film nos lleva a un pequeño pueblo costero llamado Potter’s Bluff, situado en el condado de Rhode Island. Un lugar aparentemente tranquilo y familiar pero que esconde un terrible secreto, al parecer algunos habitantes del pueblo están asesinando de forma brutal a todos los forasteros que estén de paso por Potter’s Bluff. Crímenes que serán investigados por Dan Gillis (el sheriff del pueblo) y el doctor Dobbs; un excéntrico forense y embalsamador que tiene una relación muy especial con los cadáveres con los que trabaja.
¿No me negaréis que la trama tiene una pinta de lo más interesante? “Muertos y enterrados” es una de esas pequeñas joyas que han de verse en algún momento de nuestra vida, sí o sí. Sin duda alguna nos encontramos ante uno de los mejores films de terror de la década de los ochenta, que no es poco, y la verdad es que no puedo comprender como un film de estas características pasó tan desapercibido, quizá su fracaso fuese debido(a parte de a los problemas de recortes ya mencionados) a que no tenía estrellas en el reparto, aunque podemos encontrar interpretes de la talla de Lisa Blount(“Oficial y caballero”)o a un jovencísimo Robert Englund, nuestro querido Freddy Krueger, pero evidentemente ambos interpretes no eran suficiente reclamo para arrastrar a los espectadores a ver esta película, Blount no pasaba de ser una actriz mona aún por descubrir y con Englund pasaba tres cuartos de lo mismo, la única “estrella” del reparto era Melody Anderson; la actriz que interpretó el papel de la periodista Dale Arden en la película de “Flash Gordon”(Mike Hodges,1980) y que en “Muertos y enterrados” interpretaría a la esposa del Sheriff Gillis, un papel no demasiado jugoso pues apenas aparece 10 minutos seguidos en pantalla.
La atmósfera creada por Gary Sherman resulta de lo más inquietante y aterradora, supo dotar un angustioso aire de pueblo encantador e idílico con olor a mar, donde todo el mundo es muy educado y te saludan desde sus acogedores porches y floreados jardines agitando la mano. A mí personalmente siempre me han infundido más miedo los asesinos “amables” que los malcarados, furiosos y brutales. Y la cautivadora y cordial gente de Potter’s Bluff son de ese tipo de killers que te prenden fuego y te apuñalan mientras te desean una feliz estancia con una apacible sonrisa dibujada en el rostro, algo que a mi parecer resulta mucho más aterrador que cualquier slasher machete en mano rebanando cabezas y derramando litros de hemoglobina. Porqué el tipo de maldad del que hacen gala los habitantes de Potter’s Bluff es mucho más cercana y corriente en nuestras vidas, me refiero evidentemente a esa maldad llamada hipocresía. Todos tenemos en mayor o menor medida ese lado hipócrita con el que regalamos una sonrisa a nuestra vecina cuando realmente por dentro estamos pensando; la próxima vez que pongas la lavadora a las 4 de la madrugada probaré en tus posaderas mi nuevo descorchador eléctrico. Tranquilos no tengo semejante artilugio, vuestras posaderas están a salvo, de momento…..
“Muertos y enterrados” además de todas las virtudes que os he mencionado tiene también un toque clásico que resulta muy embriagador e inteligente. Y que en cierta modo puede recordarnos al Frankenstein de Mary Shelley por la oscuridad de su relato y por lo trascendental que resulta el mensaje en ambas narraciones; querer engañar a la parca y preservar una vida ya extinta conduce sin posibilidad de dar marcha atrás a una muerte mucho más dolorosa y agónica, a una muerte en vida, que es muchísimo peor que la misma muerte.
Dejando ya de lado la filosofía barata del viejo Harry Powell, es indudable que un film con tales virtudes no merecía semejante ninguneo, porque con la de bodrios que día sí día también tenemos que sufrir en las carteleras de los cines y en nuestra amada televisión es del todo inconcebible que “Muertos y enterrados” no haya despertado el interés que sin duda alguna se merece, de hecho yo nunca la he visto por la televisión, seguro que la han emitido, pero un servidor no la ha visto. Así que sinceramente espero haber despertado algo de interés por ver esta gran película en aquellos que nunca la han disfrutado, pero también espero haber despertado la curiosidad de aquellos que sí la han visto alguna vez pero quizá no la disfrutaron tanto como se merece realmente esta magnífica película de terror. Espero que así sea.
Sayonara.