David Aparicio | On 12, sep 2013
Diversas investigaciones han encontrado una notable conexiĂłn entre los factores de riesgo de las enfermedades cardĂacas y el deterioro cognitivo; especĂficamente, se descubriĂł que aquellos con pobre circulaciĂłn y que tenĂan mĂĄs riesgo de sufrir de enfermedades del corazĂłn también mostraban mayores signos de problemas cognitivos y demencia, comparados con individuos sin problemas cardĂacos.
El Ăşltimo estudio sobre este tema, realizado por el Instituto de Salud Nacional Francés y publicado en la revista Neurology, encontrĂł que las pruebas de enfermedades del corazĂłn funcionan mejor como predictores de los problemas de la memoria que aquellas que evalĂşan la demencia.
Han encontrado una
notable conexiĂłn entre los factores de riesgo de las enfermedades cardĂacas y el deterioro cognitivo.
La investigaciĂłn contĂł con una muestra de 7.830 hombre y mujeres que tenĂan en promedio 55 aĂąos de edad. A todos se les evaluĂł el riesgo de sufrir de enfermedades del corazĂłn y demencia por medio de tres pruebas distintas.
Dos pruebas evaluaron el riesgo de sufrir enfermedades del corazĂłn y el riesgos de accidentes cerebrovasculares (ACV), asĂ como también los niveles de HDL, LDL y colesterol total, el consumo de cigarrillo, la diabetes y la presencia de un ritmo cardĂaco irregular. El riesgo de sufrir demencia se evaluĂł por medio del Cardiovascular Risk Factors, Aging and Dementia (CAIDE), que incluyĂł los siguientes datos: edad, educaciĂłn, presiĂłn sanguĂnea, IMC, colesterol total, cuĂĄnto se ejercitaban los pacientes y si tenĂan genes asociados con la demencia. En un plazo de 10 aĂąos los cientĂficos evaluaron tres veces las habilidades cognitivas de los voluntarios, es decir, su razonamiento, memoria, fluidez verbal, vocabulario y cogniciĂłn global.
Como resultado se encontrĂł que un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y/o un ACV, se asociaron con un mayor deterioro cognitivo en todas las pruebas, excepto las que evaluaban la memoria. AdemĂĄs, un mayor riesgo de demencia se asociĂł con un declive mĂĄs importante en el razonamiento, el vocabulario y las puntuaciones cognitivas globales. En comparaciĂłn con la puntuaciĂłn de riesgo de demencia, las escalas de riesgo cardiovascular y de ACV mostraron asociaciones ligeramente mĂĄs fuertes pasados 10 aĂąos, estas diferencias fueron estadĂsticamente significativas para las puntuaciones cognitivas de fluidez semĂĄntica y global.
Esto sugiere que las pruebas para detectar el riesgo de sufrir enfermedades cardĂacas y accidentes cerebrovasculares, las cuales miden la circulaciĂłn sanguĂnea y el envejecimiento del cerebro, tal vez podrĂan ser mejores marcadores de la funciĂłn cognitiva que los tests de demencia, que tienen en cuenta la educaciĂłn y posibles reservas cognitivas que podrĂan compensar el declive de la funciĂłn cerebral.
Una circulaciĂłn
adecuada puede desempeĂąar un papel importante en el mantenimiento de la funciĂłn cerebral a partir de la mediana edad.
Los investigadores explican que una circulaciĂłn adecuada puede desempeĂąar un papel importante en el mantenimiento de la funciĂłn cerebral a partir de la mediana edad. Esto se debe a que la sangre aporta nutrientes y otros componentes que las neuronas necesitan para prosperar. Otros factores que se sabe que pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades del corazĂłn como el colesterol alto, la acumulaciĂłn de placa en los vasos sanguĂneos y una alta presiĂłn sanguĂnea, también podrĂan afectar adversamente las funciones cognitivas.
De estos hallazgos se desprenden tres importantes implicaciones en la prevenciĂłn del declive de las habilidades cognitivas en la vejez: (1) Un corazĂłn mĂĄs saludable podrĂa preservar las funciones cerebrales durante la vejez; (2) si el riesgo de las enfermedades cardĂacas es detectado tempranamente, entonces es posible que el declive cognitivo pueda ser identificado en sus etapas iniciales y asĂ ser tratado; (3) y por Ăşltimo, las intervenciones para tratar las enfermedades cardĂacas podrĂan mejorar la memoria y las habilidades cognitivas.
Fuente: Healthland
Imagen: qthomasbower (Flickr)