Los tétricos hospitales de Tom Kirsch

La luz puede atacar incesante los más recónditos rincones de edificios y casas deshabitadas, luchando persistente por inundar la oscuridad y el deterioro del paso del tiempo. La herrumbre de los resquicios del pasado, la suntuosidad macabra de unas escaleras masacradas por los años de erosión o la inhóspita hostilidad de las formas que atesora una estancia abandonada hace medio siglo.

© Tom Kirsch - Rathen State Hospital, Estados Unidos

Aparentemente tétricos escenarios de películas de terror, pero también apacibles legados de historia viva, casi viva (zombie?) de la especulación morbosa de lo que pudo acontecer y habitar tras los muros de inmuebles que han “pasado a mejor vida”, aunque su ruinoso aspecto no lo demuestre.

Dentro de la lúgubre pero sugerente oferta de edificios desmantelados que existe, tal vez los más tenebrosos y melancólicos ejemplos sean los de los hospitales y sanatorios abandonados. Oscuros ejemplos de la degradación de nuestros recursos que ya no se utilizan y la falta de conservación de algunos edificios que pasan a ser esqueletos verticales en los alrededores de nuestras ciudades.

En esta materia, se ha confirmado como un experto Tom Kirsch, tanto en el descubrimiento de impenetrables tesoros arquitectónicos lapidados bajo el musgo y la vejez de sus paredes, como en la captura de instantes taciturnos. Fotografía escondrijos lóbregos en los que esa luz que antes mencionábamos pelea por prevalecer. No siempre lo consigue.

Tiene una mano excepcional para captar momentos eternos, góticos, espectrales. A mitad de camino entre la escena de terror y la nostalgia del pasado. Sus colecciones son espectaculares, tanto como su web, en la que lleva recopiladas casi 200 localizaciones y cerca de 10.000 imágenes. Todo un reto que comenzó en 2002.

Preparaos para la escenografía más truculenta en una batalla visual de luces y sombras.