Foto: Juan Pelegrín (Las Ventas)
“Parecía mayo del 43, pura posguerra, donde la hambruna del pueblo había hecho mella en la cabaña brava, pues entonces se comían las vacas del señorito, muertas a traición si hacía falta. Con la merma del ganado de lidia cualquier cosa con cuernos servía para hacer corrida.
Es posible que hasta la Autoridad de 2011 esté convencida de que esto de la crisis ha hecho tanta mella como en aquel entonces la guerra incivil. Mira tú, que esto ya no va a ser casualidad, que por aquí no huele a figurón del toreo, ni a apoderado coqueteador, ni a presión de lo apruebas o me voy. Está claro, estos bichos tienen que pasar, señor presidente, pues queda mucha Feria y no habrá toros de Madrid en el campo... La crisis, ya sabe, que todo lo hace chico. Para adelante seis bichos lozaneros con el hierro de El Cortijillo.
Los toros del 43 apenas importaban; igual se mataba un eral que un cinqueño, lo que hubiera por allí. En 2011, con esto de la crisis, ocurre igual. Por eso se lidia lo que se lidió. Si en el cartel hubiera figuras y Las Ventas fuese de madera, fuego que te crió. Los más viejos del lugar miraban el cartel: "Si es jueves, si novillada no es", decía Anselmo. "No, no, es que hoy toca corrillada", replicaba el guasón de Ruperto. Félix, El Gato le llaman en la andanada del 2, rompió su silencio casi eterno tras picarse la segunda fiera: "qué malo es mi alzheimer, no me acordaba que estábamos en Toledo", sentenció.
"Calla, Gato, qué alzeimer ni qué Toledo. Esto es Madrid, Las Ventas, nada más y nada menos". "¿Cómo puede ser, si el toro es como de Toledo y se le rompe la punta en el peto, como también pasa en Toledo?".
"Recuerdo yo un toro como este insignificante segundo en mayo del 47 que le pegó una gran cornada a Manolete", explicó don Paco, que fue banderola en la cuadrilla de Angelete. "Tápate, Paco, que ya sabemos que hasta las cabras dan cornadas, pero esto no es...".”
De la crónica de Javier Hernández en Burladero.com