A mí me dicen “Los Tres Mosqueteros” e inmediatamente me viene a la cabeza la película que protagonizó Gene Kelly y Lana Turner en 1948. Me ocurre lo mismo que si me nombran a Robin Hood, ya que la imagen de Errol Flynn no la puedo esquivar. Eso no quiere decir que no conozca, haya visto o considere dignas otras películas con dichos personajes que se hicieron posteriormente. No hace falta que las nombre porque todos vosotros las tenéis en mente. Sólo digo con esto que tu primera toma de contacto, aún siendo un chavalín, suele prevalecer. Por desgracia igual ocurrirá con esta película de Paul W. S. Anderson, el cual se está ganando últimamente mi antipatía más absoluta, habrá niños que la verán y para ellos igual es el punto de referencia cinematográfico cuando les nombren a los espadachines franceses. Lo cual será una auténtica pena, porque la película del director de Horizonte Final no podría ser más patética.
Vaya por delante que no reniego de las nuevas adaptaciones ni nada por el estilo. Las novelas -por citar una base para hacer una película- están ahí y se puede jugar con ellas a conveniencia, no hay que ser puristas. Algunas veces son excelentes y otras un tontería capaz de provocar algún que otro edema cerebral tras su visionado. Anderson casi me provoca eso, aparte de vergüenza ajena.
Por una parte el director se ha ceñido única y exclusivamente en adaptar su estilo a estos míticos personajes. O lo que es lo mismo cámaras lentas y una acción desbordante y algunas veces caótica, eso sí no llegando a esa tontería llamada Resident Evil: Ultratumba, la cual puso el listón bastante alto.
Una vez presentado a Dartañan, un adolescente chulesco entrenado por su padre, el cual anteriormente era mosquetero, acaba encontrándose con el resto de sus compañeros de equipo. Osea, Athos, Porthos y Aramis, los cuales tienen más recursos que El Equipo-A para salir airosos de cualquier problema. Un villano manipulador Richelieu, su secuaz Rochefort y el Duque de Buckingham serían los villanos a batir. Eso sí, entre todos ellos, buenos y malos, se encontraría Alic… digo Milady de Winter (Milla Jovovich). La cual tuvo un romance con Athos pero lo traicionó, con lo cual el susodicho no la tiene en buen estima que digamos.
Creo que tendría que revisar El Mosquetero , de Peter Hyams, en la cual los saltitos del protagonista eran lo que primaba. Aunque dicha película venía firmada por el director de Atmósfera Cero o Capricornio 1, no dejó de ser una película bastante olvidable por el público en general. Y digo eso porque nuevamente los Mosqueteros son superhombres, Milady de Winter protagoniza algunas escenas donde las similitudes con James Bond o Neo son patentes. Sólo hay que ver una pelea que tiene en una azotea para atestiguar lo que digo. El “romance” -lo entrecomillo como es evidente- entre D´artagnan y una de las doncellas de la reina es lo más ñoño y tonto que se puede ver en una pantalla de cine, aunque ese tipo de relaciones suelen ser -por desgracia- algo que el guionista meter por obligación. Así que tampoco vamos a pedir peras al olmo.
Supongo que a veces tienes que desconectar de todo y ponerte una película donde el cerebro no tenga que pensar mucho, todos lo hacemos a veces. Son entretenimiento puro y duro, pero incluso en ese tipo de películas las hay buenas y malas. Ésta sería de las malillas. Pero lo peor es que el final de la misma deja la puerta abierta hacia una secuela, esperemos que se les olvide y no me hagan sufrir más.
Fdo: Snake