Los valencianos duermen. ¿Silencio?

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Manifestación por la «dignidad» para el 'País Valencià' Cientos de personas recorren las calles del centro de Valencia

Es evidente que no soy patriotero, que no me gustan “las patrias”, pero reconozco que uno debería ser de donde vive. ¿Qué menos? Caramba, lo ideal sería que fuéramos ciudadanos del mundo (apátridas), pero mientras maduremos y dejemos de ser niños, en tanto lleguemos a ser personas plenas, deberíamos identificarnos con las personas con las que convivimos y tengamos intereses comunes en un territorio determinado. Luego ya vendrían los pactos con los Estados vecinos para defender intereses entre ellos u organizar eventos lúdicos.
Todas las naciones, o pueblos que aún no lo son, tienen su propio “día de la patria”. Esa jornada es fiesta general, está vinculada a hechos históricos y las fuerzas armadas de ese país suelen estar muy presentes en ella. Nada nuevo ¿verdad? Pero para que veas: Fiesta, hechos sangrientos, ejército, propaganda institucional… Todo un paquete. Y nosotros, seres que no estamos acostumbrados a cuestionar cosas que nos vienen de “arriba”, que no hemos sido educados en el espíritu crítico, que nos da miedo cualquier cambio que toque “lo de toda la vida”… nos parece lo mejor del mundo. Sin embargo, ¿cuantas barbaridades se han cometido en nombre de la patria? ¿Cuántas en nombre de la religión?

Pues el pasado 9 de octubre fue el día nacional del País Valenciano. Por la mañana había sido la fiesta institucional, la de las autoridades, acompañados de alguna gente mayor “valenciana de toda la vida”, que no se entera demasiado de lo que se está cociendo. Por la tarde, al contrario de lo que dijo la prensa colaboracionista al día siguiente, miles de personas de toda edad y condición, acudieron a las calles de Valencia a la fiesta “alternativa” mientras otros iban a los toros o a algunos centros comerciales que permanecían abiertos. El día era precioso y mucha gente lo había pasado en la playa. Para que veas lo conscientes que somos. Mientras discurríamos por las calles de la ciudad manifestándonos, tuve tiempo de charlar un poco con un sobrino que hacía tiempo que no veía.

JL. ¿El derecho a decidir a debate? ¿En el País Valenciano? ¿Es que no nos damos cuenta de que aquí la inmensa mayoría de la gente duerme? ¿No ves que sólo quieren fiesta y pensar poco para que no les duela la cabeza? Estamos verdes, muy verdes. Fede. En Catalunya van por delante un montón de años y nos están abriendo el camino. Nunca se lo podremos agradecer bastante. Lo de Catalunya aún lo veré, pero lo de Valencia… ¡qué mal lo tenemos! JL. Cierto. Entre la idiosincrasia propia de este pueblo (muy pasota e inconsciente), y que los conservadores han copado el poder durante 20 años en los que se han dedicado a meterle ideas retrógradas a la gente, mientras que además han ido practicado a sus anchas su deporte favorito: La corrupción… ¡Qué pueblo más fácil de gobernar! Fede. Los pueblos de habla catalana (Catalunya, Baleares y País Valenciano)… se pueden ayudar; es lo que más temen los españoles; por eso quieren dividir. JL. Bueno, eso ya es viejo, pero la gente no puede verlo porque los medios de comunicación plenamente integrados en el orden establecido se lo impiden. Cuando escuchan aquello de “Paísos Catalans” se les remueven las entrañas. No pueden con ello. Fede. Es que desde Madrid ha quedado claro que no van a hacer nada. Algunos, viendo la que se les viene encima han empezado a hablar de Estado Federal, cosa que lo más rancio del españolismo va a hacer lo imposible para impedirlo. No creo ya en esa España. Lo que tenemos que hacer es olvidarnos de los españoles e ir a la nuestra. Aquello está muerto y podrido. JL. En Catalunya tienen un plan de ruta (la llamada vía Catalana); han debatido y la gente ha tomado conciencia y eso ya no lo para nadie. Fueron muchos años de reivindicación para cambiar el concierto económico (recaudar ellos y aportar al Estado su parte, lo que hace muchísimos años que tiene el País Vasco) y ya se han cansado. No quieren seguir aceptando que les recaude Madrid y que les devuelvan migajas. Fede. Pero es que a nosotros nos interesan los valencianos… Porque aquí está pasando peor, pero es que no lo queremos ver. JL. Cierto. ¿Pero qué hacemos para informar a la gente que está tan mal informada y que no se da cuenta de ello? ¿Con qué medios contamos? Los tienen todos ellos, los privados de ricos y poderosos, los de la iglesia… y encima con todos estos años y su forma de ser, se han hecho también sin ningún rubor con los medios públicos. Nos manipulan y encima con nuestro dinero. ¿Qué se puede hacer contra esto? En Catalunya no pueden hacer nada contra los medios españoles que entran en su territorio, pero al menos allí no se han podido hacer con lo público porque está en manos de los catalanes y a nadie se le ocurre tomar el pelo a la población cosa que en Valencia es normal. Fede. Ahora, algunos partidos de aquí quieren pactar con otros cediendo lo que haya que ceder para conseguir mayorías, pero esto lo han intentado varias veces y no lo han conseguido, al contrario que los catalanes, que se han sabido sacrificar por una causa de interés mayor. JL. Ya sabes que he perdido la fe en los políticos y partidos institucionales, se avienen a razones que los grandes les piden para no plantar cara y seguir jugando su juego. Alguien tiene que parar esto. Necesitamos detenernos e imaginar el gesto que haya que dar. Se lo han ganado a pulso. Han abusado y cada vez hay más gente que dice que ya está bien, que hasta aquí hemos llegado. Estoy convencido de que de las personas integradas en las instituciones no se va a lograr nada. Sólo con gestos de quien no está atado de pies y manos, se podrá despertar a la gente, lo de siempre le aburre y le hace zombi. Pero para eso hay que gritar. Y bien alto. Pero si gritamos les despertaremos… Están durmiendo tan a gusto que te sabe mal… ¿Guardamos silencio y que continúen durmiendo? ¿O gritamos y les despertamos?
He tenido el privilegio de leer un proyecto que hace un magnífico análisis de la realidad y que contiene frases como esta: “No es el momento de preguntar qué somos y de dónde venimos, sino qué queremos ser y más tarde con quién queremos ir”. “Tenemos que encontrar el ritmo propio de cada territorio”. “Desde el siglo XIII constituimos una comunidad política el País Valencià, y queremos llegar a ser un Estado nuevo que libremente decida las vinculaciones políticas, económicas… con el resto de los Estados”. “Hay que generar los consensos necesarios para que el valencianismo llegue a ser mayoritario en el País Valenciano”. Lo que ya no tengo tan claro es cuando se dice esto: “El ciudadano del País Valenciano es un sujeto político capacitado para decidir democráticamente su futuro”. Al menos, no por ahora.
Hay muchos intereses en juego, la mayoría inconfesables, lo propio de una sociedad hipócrita que mantiene en el limbo a su población. Pero recuerda: El derecho a decidir es un derecho democrático. Si no se concede, que no te quepa ninguna duda: Esto no es una democracia. ¿Estás de acuerdo en cómo son ahora las cosas? Pues por mí adelante. De ti depende que cambien. Aunque no lo creas, eres importante. En el barco valenciano vamos todos.
Caña al durmiente pueblo valenciano.
Reportaje fotográfico
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Joan-Llorenç dalescana@gmail.com

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