Señores: El otro día, mientras subía en el metro de Nueva York a una de las zonas más peligrosas de Manhattan, me vino a la mente inmediatamente las famosas comparaciones entre los hombres americanos y británicos (especialmente neoyorkinos y londinenses nativos). Los europeos que visitan a Nueva York, casi de forma universal, me comentan una cosa: “qué agresivos sois los que vivís aquí”. Y sí, lo debo reconocer: aquí somos más agresivos que vosotros en Europa debido al entorno cultural y también histórico de Nueva York. Mientras escribo, ha habido un aumento brutal de la delincuencia en los parques públicos de esta ciudad. Hablo desde robos a punto de pistola y un aumento de violaciones a mujeres solas en los parques a ciertas horas de la noche. Los ciudadanos están muy cabreados ante esta nueva oleada de delincuencia que no se veía desde los años 80 y principios de los 90. En vez de mejorar, las cosas han ido empeorando desde la victoria del alcalde demócrata Bill de Blasio.
Pero esta ciudad siempre ha sido una ciudad violenta desde sus inicios. Es una ciudad mercantil, agresiva y capitalista. Ya en los 1700s, el resto de las colonias británicas aquí en América se alarmaban por la brutal crueldad de los delincuentes neoyorkinos y los hábitos de sus ciudadanos. Nueva York nunca ha sido tierra de un solo grupo étnico o racial. Nadie aquí puede decir que tiene derecho de posesión de la ciudad porque cuando fue fundada por protestantes ingleses, alemanes y holandeses, la ley fundamental siempre fue esta: comercio perpetuo, capitalismo (mercantilismo) y que no se provoque la ira de ningún grupo étnico racial ni permitir que un grupo racial domine sobre el otro con mayoría absoluta. A Nueva York se viene a ganar dinero y ha sido así durante más de dos siglos. Pero sí, esto forja otro carácter que a Europa le resulta un poco “agresivo” y también, puede ser, “violento”.
La verdad es que no son pocos los lectores que me piden por correo electrónico escribir más sobre Nueva York. Dicen que les fascina la ciudad y mis escritos sobre el tema. A partir de la semana que viene, pretendo dedicar los fines de semana a escribir sobre Nueva York, los acentos y sus barrios con mucho más detalles que no he comentado aún. Creo que la serie os podrá resultar muy útil.
Hoy hablaré de algunas diferencias notables entre el varón neoyorkino (aunque también se podría aplicar a muchas otras partes de EEUU) y el varón londinense (también aplicable a otras zonas de Europa).
El varón neoyorkino y londinense tienen los mismos padres, pero fueron separados al nacer. Las dos especies de varones creen que nacieron en el centro del universo y los dos se cuidan mucho su pelo (algo que está visto como “gay” en sitios más aldeanos). Yo, por ejemplo, soy un hombre que se cuida mucho en las apariencias porque las apariencias, para mí, son una señal de tu carácter y lo que respetas. Un hombre como yo, tan cuidadoso de su apariencia y peinado sería considerado “maricón” en muchas aldeas rurales de Europa y EEUU. No en vano, los paletos suelen decir que los hombres de las grandes ciudades somos todos unoos maricones perdidos. Obviamente, eso es falso. Simplemente, tenemos más opciones que los paletos y tenemos el dinero para cuidarnos más.
No obstante, sí. Sí hay notables diferencias entre los varones londinenses y los americanos neoyorkinos. Diferencias que van desde su sentido de confianza en sí mismos y su sentido de humor o vestimenta. Sí, generalmente hablando, los varones europeos visten mucho mejor que los americanos que se cuidan mucho menos de su apariencia.
¿Quiénes son los mejores? ¿Los chicos de Gotham o los de Londres? Contestaré usando un método nada científico con anécdotas de gente que ha vivido en ambas ciudades.
1. Ser masculino
Creo que otros europeos, si son honestos, comparten mi observación que la “hombría” es un rasgo mucho más evidente y actuado en las calles de Nueva York que en Londres. Tu ropa, lo que pides en un restaurante, tu capacidad para aportar un plan claro de tus pasiones y objetivos de cara al futuro, todo esto te ayudará a ligar con mucho más éxito en Nueva York.
Aquí, el estílo londinense (y europeo también) de los chicos auto-criticarse mucho e intentar ser gracioso o inteligente pues como que no cuela mucho ni impresiona a las chicas. Yo noto que los europeos en general son mucho más timidos e inseguros de sus planes futuros comparando con los varones americanos.
Esto de aquí repela a muchos europeos. Piensan que los habitantes de Nueva York son unos gilipollas arrogantes por hablar de “planes de aquí a cinco años” con una chica y tener que estar impresionando constantemente a la gente con tu biografía personal. Sin embargo, a mí personalmente lo que me choca de Europa es precisamente esa patente falta de interés en tu biografía y orígenes, sean raciales, étnicos o laborales. El europeo no se sabe vender y además ven estílo americano como algo “cursi” cuando es en realidad una forma de marketing para conseguir más oportunidades.
Luego está el estílo personal. Lo siento chicos, pero a primera vista aquí el “varón europeo típico” (con esto me refiero a los jóvenes) se ve mucho más afeminado que el varón americano porque el europeo por lo general se viste mejor y se cuida un poco más su apariencia (exceptuando a los españoles, que visten muy mal últimamente). En esto, pasearse por muchas capitales europeas es más agradable a la vista prque cas todo el mundo va muy bien vestido.
Aquí se dan tres tipos: el trajeado (donde me encuentro yo) y eso es lo “Wall Street” y Republicano, luego está el estílo “hip hop” (porque la ciudad tiene una población muy notable de negros americanos, dominicanos y portoriqueños y otros latinos que visten con ropa ancha) y luego lo que yo llamo el “paleto style”. Gente que compra su ropa en el Wal Mart o K Mart y se ponen pantalones cortos con calcetines blancos y otros colores pasteles en el verano. La mayoría son americanos del medio-oeste y el sur. El neoyorkino les nota a la legua.
Fuera de esos estílos, están los que visten “fashion” al estílo europeo y eso aqui sigue siendo algo relacionado con ser afeminado. Por ejemplo, si un hombre se atreve a subir al barrio de los negros en chanclas, es posible que alguien te llame marica por la calle.
Aquí tampoco verás chicos pidiendo “claras” en los bares y salvo en contadas situaciones, pedir un whiskey con coca cola u otro refresco está visto como algo propio de chicas, no de hombres “heterosexuales”.
Yo no digo que esto sea correcto o lo debido, pero sí noto mas que aquí los hombres son más “machos” que en Europa. Una mala mirada aquí a un chico te puede costar la vida en no pocos sitios, por ejemplo.
Esto es algo que yo personalmente también fui desarrollando y por eso en no pocos contextos españoles, la gente decía (equivocadamente) que soy “violento”. Esto se debe principalmente a que yo no pierdo el tiempo dialogando con alguien que intenta chulearme. Hace 2 años, en Madrid, un borracho repugnante se intentó meter conmigo en una cafeteria, preguntándome que qué tenia yo en mi carpeta. Cuando le contesté “a tí no te importa” me dio un empujón. Me puse de pie y con la carpeta le pegué en la cabeza y empecé a patearle cuando cayó en el suelo, horrorizando a los españoles y otros europeos que estaban presentes. “No le pegues, Alfredo, no le pegues por favor”. Para mi los europeos son blanditos, muy muy blandengues y todo les horroriza. Una sociedad incapaz de aguantar unos minutos de violencia es una sociedad fallida e inútil. Puede que eso sea mi opinión personal, pero desde luego nadie podrá discrepar de que es poco varonil. Aquí sin embargo, de yo hacer algo así, la gente grabaría con el móvil y dirían “dále más fuerte”.
Pues eso, Nueva York es mas “varonil” que Londres.
2. Confianza
En EEUU, la gente se corta mucho menos a la hora de hacerte una pregunta o pedirte algo. Los londinenses y otros ingleses dicen que los neoyorkinos son oportunistas y superficiales, porque solo se interesan por ti si te pueden sacar algo de provecho. En NY, un chico te puede pedir salir con él si eres chica en cuestión de segundos en cualquier sitio si le gustas. He visto que esto lo hacen hasta con una cajera en el supermercado. En España creo que puede que esto ocurra más, pero ¿en Londres? Jamás verás a un chico londinense “típico” pedirle de forma tan valiente el número a una chica que no conoce de nada en una farmacia.
Esta confianza también da pie a otro tipo de comportamientos. En Manhattan no, pero si sales de la isla y vas a sitios más “americanos 100%”, la gente te habla en las tiendas aunque no te conozcan de nada y opinarán aunque tú no se lo preguntes. “Oye, ¿de dónde eres”? “Oye, me encanta tu abrigo, señor”.
Reconozco que en ese sentido, soy mucho más “europeo”. Me molesta cuando me habla un desconocido en público, especialmente sobre temas personales que no le incumben ni a mí me interesan pero es parte de la cultura americana. Fuera de NY, a mi me pueden percibir como algo más “antipático” pero por suerte no tengo que vivir en un pueblo perdido.
Hay que subrayar algo en esto: los que más son “friendly” también soon los que menos educación tienen. Cuanta más educación y dinero tengas, más distante serás con desconocidos.
3. Relaciones
En Londres, las relaciones sexuales suelen ser mucho más superficiales. Lo diré de forma vulgar citando a un inglés conocido que vive aquí en América: “En Londres, hay un entendimiento compartido que va así: preséntate, tómate una copa, folla”.
En Nueva York, la mayoría prefiere hacerte preguntas para ver “cómo eres” y de qué vas. Esto, para los europeos y británicos, es increíblemente falso. Muchas chicas inglesas pensarían “¿por qué no me estás o ignorando o intentado ir a la cama conmigo”?
4. Las apariencias
Esto ya lo he comentado antes pero también cabe señalar que aquí en general los hombres tienen más cuerpo de gimnasio que en Londres. Esto significa que el varón neoyorkino es fuerte, pero la ropa “fina” le queda peor que al londinense. Dicho de otra forma: el londinense que sepa vestir bien se ve más refinado que el neoyorkino, aunque lleven la misma prenda. Europa es mucho más sofisticada en ese sentido.
De hecho, a mí mismo, por mi forma de vestir, me dicen que parezco un “elderly statesman” (un estadista sagaz) o también un poco “romney-esque”. Estudiantes de inglés — ya tenéis un par de adjetivos nuevos que seguro no habréis visto antes.
Por otro lado, los hombres londinenses son como los españoles cuando se trata de tener una familia. En general, ellos quieren tener una familia y “asentarse” en algún sitio. Es más calculador a largo plazo en eso. Los hombres neoyorkinos queremos tener 20 años para siempre y no nos interesa mucho tener una familia ni mucho menos “asentarnos” en un pueblucho de origen. Eso es algo mucho mas europeo, el “irme a mi pueblo” que americano. El americano no suele jamás hablar de su tierra, sino más bien de su ciudad o estado, pero tampoco es una conexión “racial” o étnica como pasa en Europa. Prueba de ello es que el americano se muda mucho más y muchas más veces que el europeo.
5. El humor
En NY, los varones están más dispuestos a sonreírte y “charlar” aunque no te conzcan y depende del contexto, obviamente, o el barrio donde estés. En mi barrio, es muy improbable que un desconocido te hable en un bar, porque aquí somos un poco más “esnob” pero en muchas otras partes, se considera lo normal. En Londres, al contrario, los varones todos andan con cara miserable o muy seria, negativa. Los ingleses dicen que los americanos son más falsos porque te dicen “have a nice day” (que tengas un buen dia) cuando estás en sus tiendas y te sonríen “para vender más”. Bueno, eso es verdad pero yo prefiero que me traten como un rey si estoy comprando antes que me traten como si de un favor se tratara. Es al revés: gracias a mí y los demás clientes, esos dependientes chulescos europeos comen. A mi no me interesan las sonrisas, ojo, de hecho yo no soy de sonreír, no es mi estílo. Tienes que DE VERDAD impresionarme para yo aplaudirte. Y en este sentido, los londinenses son más de mi estílo.
Esta “amabiliidad” también se extiende a las distintas costumbres entre varones en ambas ciudades. Los varones londinenses están mucho más dispuestos a ser sarcásticos una vez te conozcan y criticarte, mucho más que los americanos. En general, los europeos son muchísimo más críticos y negativos que los americanos. Me incluyo en esa ecuación. A mi mucha gente aquí me dice que soy muy negativo y crítico, o como ellos dicen tambien “judgmental”. Lo soy, pero lo soy porque tengo bien claro lo que quiero y el que no cumpla, lo descarto enseguida.
Mirad el otro ejemplo famoso de Thatcher y Reagan – ella era muchísimo más crítica y profundizaba más que un Reagan amable, majo, pero muy superficial y californiano típico. Aquí a veces tengo la sensación, sobre todo en política, que estoy rodeado de Reagans pero hacen falta más Thatchers, más críticos. En EEUU, una sesión de preguntas al estílo parlamentario europeo sería impensable y se consideraría “mala educación” hablarle así a un Senador. Personalmente, prefiero el sistema parlamentario británico.
En general, el varón inglés va por la yugular enseguida con sus amigos. Con el americano, te tienes que cuidar un poquito más en lo que dices porque se pueden ofender. La única excepción a esto soy yo, porque mis amigos americanos ya me dan por un caso perdido y lo esperan. Pero tú no tienes el “swagger” ni la confianza que tengo yo en mí mismo. Por eso no es recomendable que tú lo hagas.
En general, si eres de Londres te vestirás mejor, tendrás un acento que la gente en EEUU adora, tu sentido de ser crítico y profundizar más va a impresionar a no pocas chicas americanas.
Los pseudo-sociólogos británicos, sin embargo, dicen que el varón londinense, en general, es mejor producto que el varón de Manhattan. Dicen que sí, a lo mejor es verdad que el “suave” varón de Manhattan te ha pedido salir con él por la calle, pero lo más probable es que trabaje en una zapatería barata.
Eso puede que sea cierto, pero también lo más probable es que ese chico tan “sofisticado” de Londres ni siquiera tenga empleo y cuando te tenga que defender alguien de una pelea o cualquier problema que surja en la vida, no podrás contar con él.
Personalmente sigo diciendo que me siento más a gusto con la “electricidad” constante que afecta todo en esta ciudad. Es un “nerviosismo” compatible con mi forma de ser, porque yo no me puedo quedar quieto ni “sentarme” en los sitios como pasa en Europa.
Como bien dijo nuestro amigo Pedro de la República heterodoxa hace unos meses con respecto a su visita a NY:
“no sabes como me alegra ver a le gente tapeando en las terrazas y no bebiendo batidos y cafés por la calle”.
Mi sentir es lo contrario — yo no soy lo suficientemente tranquilo como para sentarme en una terraza a tapear. Prefiero el “coffee to go” rapidísimo de Manhattan para luego ir andando rápido a mi oficina ignorando a todo el mundo por la calle.
Otro concepto español que no encajaba nada conmigo — la famosa sobremesa. Me ponía de los nervios y las largas despedidas. Me gusta entrar en los ascensores aqui y no tener que saludar a nadie ni despedirme de nadie si no quiero.
¿Eres chica? Sería interesante ver qué opinión tenéis de los varones en ambas ciudades.