Revista Cocina
Los vinos medicinales han sido muy importantes a lo largo de la historia, ya que siempre ha estado ahí para dar vigor y fuerza al ser humano en sus momentos bajos, y en la España del desarrollismo llegaron a ser muy populares los de quina.
La doctora del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad Complutense de Madrid, María López González, explica que la Coca Cola procede de la fórmula de un vino medicinal de coca francés fabricado en 1867.
Los vinos de coca, que se hacían mediante la maceración de las hojas de coca, son, junto con los de quina y los antidiabéticos, los tres tipos de vinos medicinales que ha habido desde que fueron creados en laAntigua Persia, en el año 7.000 antes de Cristo.
López González, que ha ofrecido esta semana una conferencia sobre la historia de los vinos medicinales en las XXXV Jornadas de Viticultura y Enología de Tierra de Barros, organizadas por el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo (Badajoz), comenta que en su origen fueron conocidos con el nombre de "El remedio del rey".
Casi todos ellos tenían las mismas propiedades, eran tónicos que reforzaban a las personas, puesto que producían una estimulación en los consumidores, "eran reconstituyentes, antianémicos, daban vigor y fuerza", comenta.
A raíz de un estudio sobre estos vinos medicinales, elaborado por el citado departamento de la Complutense, esta doctora ha considerado que han tenido una importancia crucial a lo largo de la historia.
A partir de 1954 desaparecieron de la farmacopea española, aunque se siguieron vendiendo hasta los años 70, ha precisado.
Uno de los últimos vinos medicinales que se permitió elaborar en España fue uno "muy llamativo, que contenía uranio", ya que en 1967 la Comisión Nacionalde la Energíaseguía suministrando uranio a sus fabricantes para su elaboración.
Sin embargo, el más conocido en España fue el vino de quina Santa Catalina y el San Clemente, que vivieron su auge en los años 50 y 60 y que aún recuerdan muchos mayores.
Ambos nacieron tras el "boom" de los vinos medicinales a finales del siglo XIX en todo el mundo y que "eran muy famosos" en los Estados Unidos y Francia.
El fenómeno se importó a España, que enseguida vio "la gallina de los huevos de oro" y pronto comenzó a exportarlos, tras elaborarlos en pequeños laboratorios que se construyeron al lado de las bodegas.
Aunque su origen se sitúa en la Antigua Persia, su primer testimonio documentado data del año 3.200 antes de Cristo. Fue en Egipto, en una vasija de la momia de Horus Escorpión I en la que con análisis biomoleculares se determinó la presencia de sustancias medicinales activas.
Griegos y romanos también los consumieron, incluso le dieron un uso nuevo, el venenoso, al mezclarlos con otras sustancias, y también en la Edad Media.
Una de las más celebres curiosidades de estos vinos medicinales se relata en el Nuevo Testamento. San Marcos cuenta que a Jesucristo le dieron de beber en el Gólgota vino mezclado con mirra -ya que esta sustancia adormecía y calmaba el sufrimiento- pero, "él no lo tomó", escribe el evangelista.Fuente: diariodenavarra.es