Revista En Femenino

Los Virus de la Guardería (se pasan en familia)

Por Evarey23

La vida me sonríe. 

He vuelto a la vida. 

Pero antes de eso…. 

Pongámonos en antecedentes

El lunes cuando fui a buscar a la niña a la guardería vi que tenía el ojo lleno de legaña. No supe muy bien lo que era pero sabía que algo era. Así que la llevé al médico. 

Lo que yo me esperaba era un diagnóstico de conjuntivitis y que me recetaran la misma crema pegajosa para poner en el ojo. Cosa que es imposible. Es imposible poner ningún tratamiento en el ojo a un niño. Imposible. 

Pero en un corto período de tiempo me llevé muchas sorpresas. 

La primera fue que también la diagnosticaron otitis. Conjuntivitis y otitis. 

La segunda sorpresa fue que no la recetaron una crema para el ojo, sino unas gotas. “Más fácil” pensé. No, no iba a ser tan fácil.

Los Virus de la Guardería (se pasan en familia)

El papel de las medicinas en el frigo

Antibiótico para el oido cada 8 horas, las gotas para el ojo cada dos y el paracetamol cada seis. Tuve que poner un papel en la puerta del frigo para apuntar las horas a la que le daba cada medicina. Un lío. 

El caso es que la niña mejoraba con el paso de los días. Pero…. 

Siempre hay un pero… 

El viernes por la tarde fui con mi marido al médico. Mismo lugar. Mismo médico. Mismo diagnóstico. Mi marido tiene conjuntivitis. 

Esa misma noche yo me metí en la cama y me entró la tiritona. No pensé en ningún momento que me estuviera subiendo la fiebre. Simplemente estaba agotada de toda la semana trabajando desde casa, cuidando de la niña, la casa, la conjuntivitis de mi marido, cosas de la oficina… en fin, todo menos la posibilidad de que me estuviera poniendo enferma. 

Los Virus de la Guardería (se pasan en familia)

¿Enferma?¡Vi la muerte! 

No me digas lo que tenía (por suerte he vivido para contarlo) pero de repente me subió la fiebre. 39.5 de fiebre. Tomé un paracetamol pero la fiebre no me bajaba. Además tenía un dolor de cabeza que ni las peores de las resacas. ¡No se lo deseo ni a mi peor enemigo! Si me daban a elegir entre eso o el parir otra vez me cambio de pantalla. 

Así que volvimos al médico. Mismo médico. Mismo lugar. 

La cara del médico cuando nos vio aparecer por tercera vez esa semana por la consulta… simplemente sonrió. En la consulta nos dijo que “son virus de guardería”

24 horas duró la tortura. El domingo por la tarde ya estaba bien. Tan deprisa vino. Tan deprisa se fue. Pero créeme que mal lo pasé. 

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