Revista Opinión

Los votos

Publicado el 25 mayo 2015 por Jcromero

Una vez más hemos votado. Nuestras papeletas han sido contadas, agrupadas y transformadas en concejales o diputados que serán los encargados de elegir alcaldes y presidentes. ¿Para cuándo listas abiertas y la elección directa? Ahora llega el tiempo de las interpretaciones entre júbilos, lamentos y toda clase de fanatismos interpretativos. Si dura fue la campaña, la que nos espera, teniendo tan próximas las elecciones generales, es para respirar hondo, escuchar y pensar. Con los votos contados, ¿se ha cumplido el deseo de que este domingo volviera la decencia?

Taxonomía del voto.  Alguien habrá confeccionado un catálogo con los distintos tipos de votos. En dicho listado aparecerá el voto a favor y el voto en contra, el voto agradecido o el combativo. El voto fiel y el promiscuo, el meditado y el irreflexivo. También el voto libre y el voto inducido —del que saben mucho los mercados a través de los medios de comunicación—. En el inventario de los distintos tipos de sufragios, se habrá incluido el voto cautivo que no es precisamente el voto de los andaluces del campo, como muchos sacan a colación cada vez que el PP se estrella en estas tierras. El voto cautivo es el sufragio de los incondicionales, el emitido bajo diferentes tipos de coacciones más o menos explícitas y se produce en todos los territorios. En todo caso, ¿no será que en los pueblos andaluces se tiene memoria, se recuerda y reconoce a los herederos de aquellos tiempos de la dictadura? ¿Votos cautivos por el PER? ¿Saben lo que es el PER, cuántos trabajadores lo perciben, qué cantidad y en cuantas mensualidades? ¡Me enternecen los papagayos!

¿Votamos lo que necesitamos? Dicen que hubo un tiempo en el que los votantes tenían ideología, color, conciencia, sentimiento y vida. Ignoro ese tiempo en el que los votos tenían agallas y todo lo que deben tener. No nos queda otra que más cultura, más educación y mayor compromiso. Nos pervertimos cuando aceptamos salir de la crisis en condiciones de subsistencia; nos depreciamos cuando, con todo lo que tendríamos que aporrear, solo cogemos el palo para un estúpido selfie; nos dignificamos cuando con nuestros votos sacudimos a las políticas que nos agreden.

Los distorsionadores del lenguaje y los manipuladores de la realidad usan las palabras para confundir y engañar. Crecer no es retroceder en derechos y libertades. ¿Lo mejor de nuestra democracia?, la rapidez del recuento en la noche electoral. En todo caso, quisiera ser optimista. Pensar que dejamos atrás el tiempo de la estupidez, cuando nos dejábamos convertir en estatuas de sal para soportar toda clase de vilezas y luego proclamar que nos coaccionaban. Ojalá que, desde ahora, no volvamos a confundir democracia con votar, tolerar tanto espectáculo bochornoso y contemplar la desfachatez congénita de tanto zoquete. “Aquí ya nadie habla del paro”, dijo un lector del Marca a quien pusimos de presidente.

Hemos votado, si, pero nos han ocultado las intenciones. Todas las encuestas vaticinaban un panorama propicio para el pacto y el entendimiento. ¡Que hablen los ciudadanos!, decían enfáticos. Y los ciudadanos hemos hablado. Nosotros, con mayor o menor acierto hemos cumplido las exigencias del guion, pero nos han ocultado intenciones y códigos. Somos piezas de un engranaje limitado a votar sin conocer el uso que de nuestros votos harán los elegido. En este tiempo nuevo, ¿seguiremos escuchando esa matraca mitinera de “PSOE y PP la misma mierda es”? ¿Entenderíamos que en el PSOE no apoyara a Manuela Carmena en Madrid o que Podemos no permitiera gobernar al PSOE en Castilla-La Mancha? ¿Y en Valencia, se entendería un gobierno del PP?

Más que Podemos ayer quien obtuvo buenos resultados fueron: Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Marea y otras denominaciones. Es decir, la versión confluyente, democrática y horizontal de Podemos. El partido verticalista de Pablo Iglesias obtuvo resultados con menos lustre. ¿Alguien reflexionará sobre este asunto? Reconfortante, también, los resultados de Carmena y Gabilondo, que certifican el deterioro de las marcas, y demuestran que se pueden obtener unos grandes resultados desde la sensatez, el respeto y la inteligencia.

Es lunes, escucho a  Ghost Train Orchestra

 

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