Sin importar el tiempo que se lleva juntos, muchas veces la rutina se apodera de las relaciones de pareja. Cuando esto acontece se llega a experimentar una insoportable sensación de vacío y lo que resulta aún más difícil de sobrellevar, la soledad en compañía.
Pueden pasar años para que las personas caigan en la cuenta que su vida ha llegado a tal estado. Usualmente se acomodan, esperando que nada sobresalte sus vidas, aceptando el aburrimiento; pero con el conocimiento que ya nada existe entre ambos.
Perdidos en Tokio, título en español para Lost In Translation, es una magnifica producción que aborda el tema.
Sucede que un veterano actor, venido a menos dentro del mercado estadounidense, consigue el contrato para ser la imagen de una campaña publicitaria a realizarse en Tokio. Cabe aquí apuntar que, en la vida real, la fascinación de los japoneses por todo lo occidental ha permitido que muchos actores y deportistas logren, aunque sea en lo último de sus carreras, contratos millonarios. Por otro lado está una joven que tiene poco tiempo de casada, ella viaja a la capital de Japón acompañando a su esposo. Ambos encuentran en la enorme y estrambótica ciudad de Tokio los elementos necesarios que los hacen descubrir la soledad en la que viven.
Filmada sin alardes, la cinta toma como principal instrumento la imagen, pues aunque los diálogos pueden considerarse importantes y significativos, son las tomas aéreas de la ciudad, las largas escenas silenciosas y los primeros planos que se hacen de los protagonistas, los que transmiten con eficiencia los sentimientos de cada personaje.
Con el paso de los minutos Bob (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) llegan a encontrarse, juntos habrán de eliminar el aburrimiento que les causa su estadía en Tokio, al tiempo que descubren y asumen el tedio de la vida que cada uno esta viviendo.
La química que surge entre los personajes principales pone en evidencia que, para que una relación de pareja trascienda, no se trata de la cantidad de tiempo que se haya vivido juntos, sino la intensidad con que se vivan los momentos.
Realizada sobre la base de un guión bien elaborado, en el cual se mezclan, con gran habilidad, momentos de drama y comedia, el desarrollo de la historia lleva a los protagonistas a experimentar un sentimiento muy cercano al amor, pero que apenas llega al contacto físico.
Perdidos en Tokio, dirigida por Sofía Coppola, es una película filmada con gran sentido cinematográfico y con mucha sensibilidad, en ella el manejo de la cámara y la expresión facial de los actores se convierten en los principales protagonistas, el resultado final es encantador.
Calificación 9/10