Era una de las primeras veces que iba al Reina Sofía. Por entonces no vivía en Madrid y me perdía. Entré en una de las salas y me encontré con aquellas jaulas tomadas por enormes arañas con sus patas. Han pasado los años y he asistido a muchas exposiciones (aunque no tantas, no vayamos a exagerar) que he olvidado por completo.
Ayer Louise Bourgeois moría en Estados Unidos, ni siquiera conocía su aspecto. Sin embargo, jamás pude olvidar lo que evocaban en mí sus enormes artrópodos.