Revista Diario

Love&CHild y los juegos de mi infancia

Por Myriam Cabanillas
Hace unas semanas Love&Child quisieron conocer un poco la infancia de la que aquí escribe y de paso, darla a conocer un poco mas.

A mi me pareció una fantástica idea por que este blog mio que habla tanto de mi maternidad y sus sombras, sin embargo no habla de mi infancia que es sin duda, el origen.

Gracias a Love&Child algunas blogueras hemos podido revivir momentos ludicos, luminosos, felices y divertidos que eran el día a día de nuestra niñez.

Ahí va un trocito de mis recuerdos, os confieso que mientras lo escribía, me salia sola una nostálgica sonrisa:


Cuando era pequeña, ¡¡jugaba a tantas cosas!!

Casi siempre a las mamás, a veces con muñecas de plástico y otras con una de las de verdad: 
Mi hermana con sus grandes ojos azules y su pelo ingobernable, era el juguete perfecto con el que ensayar como madre. Pobre...
Cuando era pequeña jugaba mucho en la calle, seguramente mucho mas que en casa.
Jugaba a la goma, aunque siempre perdía al llegar a "Alturitas".
Jugaba a la cuerda, aunque nunca fui muy buena a dobles.
Jugaba a las palmas, ¿recordáis el comienzo?:
 "Se, se,sé..." 
Siempre el mismo y después:
"Don Federico perdió su cartera,
para casarse con una costurera, 

la costurera perdió su dedal,
para casarse con un general, 
el general perdió su espada,
para casarse con una bella dama, 
la bella dama perdió su abanico, 
para casarse con don Federico,

¡¡¡A esto si que era buena!!!
Creo que el mujer juguete y el que mas satisfacciones me dió, fue un hula hoop que me fabrico mi padre con un tubo de PVC y cinta negra aislante.
Pesaba una barbaridad y me hacía un daño en los tobillos tremendo, ¡¡pero era genial!!

Nadie tenia ninguno mas resistente ni parecido. Era único , genuino y especial.
Pase muchas horas y muchos giros jugando con el.
Recuerdo mi querido "Tragabolas" y mi órgano Cassio, con el que aprendí a tocar estupendamente siguiendo las pautas de sus luces de colores....
Que tiempos aquellos
Ahora los juegos han cambiado mucho, pero creo que tener hijos te devuelve la oportunidad de volver a jugar, a veces enseñándoles nuestros juegos de la infancia, a veces, dejándonos enseñar.

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