Luces, cámara y ¡acción!

Viñeta de Ramón, hoy en El País

Domingo, 20 de marzo de 2011. Hoy he iniciado mi primera guerra. La he llamado Odisea al Amanecer por indicación de mis asesores militares, que gustan de estas palabras que enardecen a sus hombres y dotan cualquier incursión de un halo de heroicidad. Y sí, me temo que va a convertirse en una odisea, aunque ya hemos dejado claro que no es personal: el objetivo no es expulsar al dictador, pero no podemos quedarnos quietos cuando un tirano le dice a su pueblo que no tendrá piedad, como he dicho ya hoy en Brasilia. Cada día me recuerdo a mí mismo que soy Premio Nobel de la Paz. Además, no estamos solos: nos acompañan Reino Unido, Francia y otros países árabes como Qatar y Emiratos, que borran cualquier sospecha de que esto sea una guerra de civilizaciones. Tenemos también a España, aunque no me fío mucho después del desplante de Irak. A todos nos une nuestro amor por la paz, sin la que es muy difícil extraer petróleo en condiciones. Con lo bien que iban las revueltas democráticas en el mundo árabe…

Sigo de gira por Latinoamérica. Es agotador sobre todo por la diferencia horaria, que me obliga a atender mis compromisos diurnos y, por la noche, a seguir mi nueva guerra y, lo peor de todo, escuchar en directo los discursos de mi nuevo enemigo, que me provoca pesadillas con su arenga apocalíptica sobre el fondo de una escultura de pésimo gusto con un puño dorado aplastando uno de mis aviones. Voy a intentar dormir, pero ni la luna da tregua, tan radiante y grande como está hoy. Espero que no sea una consecuencia de la radiactividad. Mañana será otro día. No,… mañana será el mismo día…