Revista España
Las luces en la tierra pueden ocultar la visión del cielo.
También interferir en los ciclos de los seres vivos, reducir la calidad de vida de las personas e incluso elevar el consumo energético muy por encima de los niveles recomendables.
Para evitar que una excesiva luminosidad llegue a ensombrecer otros aspectos esenciales para las personas y los animales, el Ejecutivo andaluz ha aprobado un reglamento dirigido a la protección del cielo nocturno frente a la contaminación lumínica.
El objetivo es prevenir, minimizar y corregir los efectos de la dispersión de la luz en el cielo y sus consecuencias en los espacios naturales y en la biodiversidad.
Gracias a esta nueva normativa, Andalucía reducirá en un 11% el consumo energético del alumbrado exterior y evitará cada año la emisión a la atmósfera de 37.396 toneladas de CO2.
Pero además, el objetivo es determinar la calidad actual del cielo nocturno en Andalucía y realizar un seguimiento de la misma.
Una iluminación artificial inadecuada puede influir en la observación del cielo, dificultando las investigaciones astronómicas o su simple disfrute por parte de los ciudadanos.
Andalucía cuenta con dos observatorios de muy alto nivel científico en Calar Alto (Almería) y Sierra Nevada (Granada), además de observatorios profesionales y otros de carácter divulgativo y de aficionados en los que también se realizan investigaciones relevantes.