Revista Televisión

Luces, sombras y niños

Publicado el 04 junio 2010 por Fon_lost
Luces, sombras y niños
Entre Fantasmas cerró su quinta temporada hace varias semanas, y en aquel entonces contaba con seguir en antena la próxima temporada. Pero luego llegó la noticia de su cancelación y posible adquisición por parte de la ABC. La cancelación llegó a buen (o mal, según se mire) puerto, por lo que la CBS ha mandado a Melinda Gordon a la luz para quedarse allí por siempre. Y la adquisición por parte de la ABC se ha quedado en nada, aunque ya está trabajando el equipo de la serie fantasmal para crear la versión 2.0. Spoilers de la serie, aviso por si acaso.
Empecé con la serie cuando Cuatroº la emitió desde el principio en sus tardes (como sustituta de Fama). Así me tragué las tres primeras temporadas. He de decir que la primera es muy muy mala, salvo 2 ó 3 capítulos sueltos, y la season finale con el accidente de avión. La segunda temporada fue ampliamente superior a la segunda. La tercera (casi ni la consigo distinguir, porque a fin de cuentas todos los capítulos son iguales) fue buena, sin más. Así me planté ante la cuarta temporada (que con la "muerte" de Jim hubiese tenido un buen final), que veía por la Fox. Pero llegó el parón y entonces empecé a verla en VO a ritmo USA. Y así hasta hoy.
Luces, sombras y niñosLo peor de esta serie es lo repetitiva que puede llegar a ser. Vale que la protagonista es Melinda Gordon, una mujer/joven de buen ver y escotes generosos que tiene el "don" de comunicarse con los muertos. Pero con esta trama principal podríamos haber tenido 2 series bien distintas: una oscura, y una rosa. Y la CBS optó por la segunda opción. Vale, sí, en alguna ocasión hemos visto intentos de oscurecer la serie, con alguna trama episódica algo más tenebrosa, pero siempre terminaba igual. Por una razón o por otra, el poder del amor hacía su aparición. Por ejemplo, anda que no hubiese sido fuerte que de verdad Jim hubiese muerto, como en su momento lo hizo Andrea (su muerte no fue sorpresa, ya me la sabía). La serie, o más bien Melinda, hubiese sufrido un cambio radical en su forma de ser, y la serie podría haber terminado en su cuarta temporada. Pero se inventaron eso de robar los cuerpos, y a parte de quedarles una cosa muy poco apañada, la quinta temporada comenzó como si nada hubiese pasado. Pero como he dicho, la serie ha optado siempre por unos derroteros melodramáticos, de esos que hacen que siempre, en todos los capítulos, sin fallar uno solo, Melinda se pegue unas lloreras...
Luces, sombras y niñosEsta temporada, sin haber perdido un ápice de protagonismo, Melinda ha visto cómo su hijo Aiden (este niño no puede entrar en la lista de niños adorables de la TV made in USA) ha ido acaparando poco a poco las tramas, hasta convertirse en el centro de todas ellas en los últimos capítulos. Que si las "sombras" le querían porque le tenían miedo, que si los "brillantes" iban a ayudarle, que si una guerra "sombras VS brillantes" iba a tener unos claros vencedores... Ha sido todo como muy fantasioso. Y al final, cuando las "sombras" han poseído a Melinda (primera vez que la veo en un cambio de registro en 5 temporadas) ha sido su hijo quien la ha salvado. Y así ha terminado el capítulo, la temporada y la serie. Como final de temporada está bien, de hecho todas las tramas se han cerrado. Como final de serie, no sabría decir. Desde luego no les ha quedado ningún fleco suelto, pero claro, ese toque "fin de serie" ha brillado por su ausencia.
Luces, sombras y niñosLa serie sin ser una maravilla, tenía algo "especial" aunque terminase siendo una sucesión de continuos déjà vu. No seré yo quien la eche en falta, aunque un poco de morriña por ver a Jennifer Love Hewitt si puede que tenga, que la chica es muy mona ella, y muy dulce (el término adecuado es dulzoña). Y quiero señalar que a su favor contaba con la química que surjía siempre entre Melinda y sus compañeros, ya bien, con el profesor Rick Payne, o con Eli (con el que de hecho, la actirz sale), con Andrea o con Delia. Y por supuesto con su marido Jim.
Hasta que nos veamos en la luz, Melinda.

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