Revista Cultura y Ocio
Me decidí a mentir, pero, eso sí, con más honestidad que los demás, ya que hay un extremo sobre el cual diré la verdad, y es que voy a contar mentiras
En estos tiempos en que tan poco apetece entonar un canto o reír a carcajadas, cuando el mundo civilizado se dirige a la incivilidad y el mundo incivilizado a dirigir el Nuevo Orden de esclavitud y hambre, sobornando a los que serán la nueva plutocracia del Occidente, no me queda sino buscar en el medio de Eurasia, en Siria y en el que es y será el pilar de nuestra cultura, el sustentador de la Democracia y el valedor y extensor de los maravillosos valores que en la Hellade se crearon hace unos miles de años y que hoy vemos peligrosamente sucumbir a los devaneos del Oriente del lujo y la tiranía. Pues si hubo luz en el planeta, vino en su mayor parte de esta pequeña península asiática que es Europa. De este nido de riqueza junto a África que ha sobrevivido a los ataques tiránicos de Medas, Hunos, Arabes, Turcos. Y siempre hemos salido victoriosos, unidos en la fuerza de nuestra convicción y liderados por hombres que, siendo imperfectos, eran enteros. Hoy nada de eso queda... políticos y banqueros corruptos se dejan llevar en el juego de las nuevas tiranías emergentes a cambio de promesas de un falso futuro de prosperidad individual o, peor aún, a cambio de un puntual soborno.Voy a Siria, pues, a buscar la voz de un hombre, Luciano de Samosata, que es mi antepasado cultural y moral, un descreído, un crítico sin una escuela, como bien dejó claro en su obra. Desligado de partido, mecenas o escuela. Retórico y poeta. El Woody Allen, el Voltaire del mundo clásico. Si conseguís leer alguna de sus obras sin sentir a la vez pena, amargura, alegría, armonía... sin reír o sin sonreír, es porque no sois personas de bien.Porque no reír con sus diálogos, no disfrutar su epistolario, simplemente es lamentable.Un cínico que no era y que reconocía mentir, pero al decir abiertamente que mentía y al serlo solo en sus escritos, ya ganaba la partida a los sinvergüenzas de su tiempo.Y es Luciano merecedor de este post pues, sin ir más lejor, en la wikipedia, se puede ver este maravilloso texto:"Odio a los impostores, pícaros, embusteros y soberbios y a toda la raza de los malvados, que son innumerables, como sabes... Pero conozco también a la perfección el arte contrario a éste, o sea, el que tiene por móvil el amor: amo la belleza, la verdad, la sencillez y cuanto merece ser amado. Sin embargo, hacia muy pocos debo poner en práctica tal arte, mientras que debo ejercer para con muchos el opuesto. Corro así el riesgo de ir olvidando uno por falta de ejercicio y de ir conociendo demasiado bien el otro."O sea, como el que suscribe.