Hoy, Joaquín Torres te recomienda, a Lucio Fontana.
Lucio Fontana, escultor y pintor argentino formado en Italia, lugar en el que pasó la mayor parte de su vida, fundando en 1947 el movimiento espacialista.
Escultor instintivo, renovador, optimista y vital, en la década de romper con la tradición académica y se une al movimiento abstracto milanés, dejándose influir por el futurismo, realiza relieves en terracota, lápidas grabadas en cemento coloreado y esculturas cerámicas (Naturaleza muerta).
En 1939, abandona la abstracción y se dedica a la escultura figurativa de tendencia. Funda la Academia de Altamira, sigue dos líneas de figuración, una caracterizada por la simplicidad de formas con herencia clásica, y otra a través de un estilo opuesto de líneas entrecortadas y volúmenes simples. Intuitivo, ecléctico y a veces contradictorio, su obra es tan controvertida como su propio pensamiento. Inicia el movimiento espacialista y postula su actitud antiestética, la ruptura con la clásica pintura de caballete y su intención de superar los límites asignados a la obra de arte, sostiene la necesidad de integrar todos los elementos físicos, color, sonido, movimiento y espacio en una unidad ideal y material.
El espacialismo promovido por Fontana se basa en la total libertad de expresión, y en los adelantos que impone la ciencia y la técnica en una nueva realidad. Produce esculturas espaciales e inicia el informalismo matérico tratando de alcanzar un equilibrio formal entre el espacio real y el espacio ilusorio, incorporando a la tela piedras, vidrios y lentejuelas.
Movimiento, color, tiempo y espacio son para él los conceptos del arte nuevo.
“…emociones en forma de cuadros o esculturas”, afirma el director de A-cero, Joaquin Torres.