Lugares del fútbol: Estambul

Allá, en cierta parte del mundo cuyo fútbol no consumimos, hay un lugar del fútbol. Hay una ciudad que conecta Europa con Asia, que se paraliza. Hay una selección nacional en crecimiento, hinchas muy fanáticos, violentos, enfermos.

Rodeado por el Mar Mediterráneo, Estambul es una de las ciudades más antiguas del mundo: supo ser Constantinopla en el imperio romano. Actualmente mezcla restos de aquella época con construcciones modernas, innovadoras. Calor es lo que soportan sus trece millones de habitantes durante todo el año. Habitantes que se dividen los tres equipos más potentes de la capital de Turquía: Fenerbahçe, Galatasaray y Beskitas.

Entre esos tres, partidos chivos, ciudades paradas. Los equipos de Estambul son los más poderosos del país: ganaron 48 de 55 ligas. Fenerbahçe obtuvo 18 campeonatos mientras que Galatasaray, 17. Cuando juegan entre ellos, se sacan chispas. Los estadios rebalsan, las bengalas enceguecen. Es que se juega más que un clásico, se juegan dos posiciones de clase: los hinchas del Fenerbahçe representan a la clase media; los del Galatasaray, a la acomodada. Se disputa un duelo geográfico: Galatasaray está en la parte occidental de la ciudad mientras que el Fenerbahçe, en la oriental.

Para algunos, el mejor Derby del mundo. Se disputa hace más de un siglo. Y cuando juegan, chocan culturas, clases, religiones. Por eso la efervescencia, porque se juega más que un partido de fútbol. Entonces, la disputa se traslada a las tribunas: siempre hay heridos, problemas. Pero también hay color, banderas, cantos, gritos.

Estambul tiene un infierno, una cancha dónde a los visitantes se les hace casi imposible ganar. Dónde además del calor que molesta a la ciudad, la gente agrega su cuota. Y el calor se hace infernal. Los hinchas, que llegan a 50.000 cada fin de semana, no son bebés de pecho: se suspendieron varios partidos por invasiones, porque arrojaron cosas al campo de juego. Allí, en el Estadio “Şükrü Saracoğlu”, hace de local el Fenerbahçe.

Desde principio de año, Galatasaray se mudó de cancha: dejó el “Ali Sami Yen” para hacer de local en el “Türk Telekom Arena”. En su ex estadio, Galtasaray tenía lugar para 40.000 personas. Consiguió victorias contra el Barcelona, Real Madrid. Y en cada juego, bengalas rojas y amarillas. Es moneda común en el equipo occidental. Otro infierno. Pero se agrandó: en el “Türk Telekom Arena” entran 12.000 tipos más.

Fenerbahçe lleva la delantera en el historial: 135 triunfos, 115 derrotas y 109 empates. Si bien es clásico lejano y poco comercial para esta parte del mundo, varias figuras vistieron esas camisetas: Roberto Carlos, Felipe Melo, Hakan Sukur, Alex, entre otros. Es que Estambul se convirtió en un destino competitivo para los jugadores, un lugar dónde el fútbol interesa, dónde pagan bien, dónde se compite. Y allí van: a transformar a Estambul en una capital del fútbol.

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