De esos 4.050, unos pocos son festivos o nos pillan de vacaciones. Cuando el lunes deja de ir acoplado a la rutina diaria y se sustituye por la rutina ociosa, pierde su carga de odioso y se convierte en un día más… ¿Con lo cabroncete que es el resto del año , lo dejamos irse de rositas cuando estamos de vacaciones? ¿No deberíamos sentir un gran regocijo porque es lunes y… nos da igual?
He pensado que mañana, debería celebrar que es lunes. Que, inexorablemente, lo va a ser y que justamente, es uno de esos en los que el tiempo no juega a atraparte y puedes manejarlo a tu antojo (por lo menos, creértelo). O sea, es un lunes-no-lunes en toda regla. Además, Hay un “además”.
…Además, hoy alguien me decía que añora tener “lunes odiosos” después de 8 meses en el paro, buscando trabajo, sin éxito por el momento…Y al paso que vamos, añadía que los “lunes van a ser una especie en extinción” devorados por la crisis económica…Es una visión dramática que me ha hecho pensar que debo agradecer este lunes doblemente: primero porque estoy de vacaciones y segundo, porque disfrutaré de los lunes odiosos en periodo laboral.
NB : Actualizar la fecha
En este punto, ya desquiciada y con mirada vidriosa ( ¿Hablamos de los lunes, no?)me he visto deseando que todo el mundo pueda disfrutar de lunes odiosos en el trabajo…
La frase, analizada objetivamente, tiene miga.
Se me han pasado las ganas de festejos pero , entonces, este domingo nocturno, anárquico y olímpico, me ha recordado que mañana, estaré de vacaciones. Vale, iré a por el lunes-no-lunes-no-odioso…
Aunque, cuando lo pille, le voy a decir cuatro cosas…