(Foto: Beat Mechanic)
Un aviso a navegantes esel mensaje de esta imagen captada en Wall Street, el corazón infartado de las finanzas internacionales. “Algún día, los pobres no tendrán otra cosa que comer que a los ricos”. Nos dicen que el estado del bienestar debe sacrificarse para mantenerse vivo (¿en el recuerdo, quizás?). Una paradoja más de las que rodean este mundo extraño y cada día más ajeno. Alguien debería encender la luz para iluminar este túnel, pero los recortes están dejando las paredes sin interruptores y ya no los encontramos donde estaban. Parece que alguien nos está haciendo luz de gas y, confundidos, andamos a tientas en esta oscuridad a la que no acabamos de acostumbrarnos por mucho que dilatemos las pupilas frente a cada fogonazo.