-Buen pulso, tinta equivocada sobre el papel tal vez incorrecto.-
Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta. Tres tramas se alternan: una capitana mercenaria al servicio de una civilización alienígena en contra de los intereses humanos, un antiguo piloto de combate que ahora es un adicto a la realidad virtual y un físico que descubrirá las bases científicas para viajar entre estrellas pero que es un asesino en serie. Las tres relacionadas, de una u otra forma, con una singularidad en el espacio, el Canal Kefahuchi.
Mi opinión. Novela con cosas muy buenas y otras que son todo lo contrario, porque además de una atmósfera opresiva, de tecnología punta, con personajes egoístas y extraños (¿muy humanos, no?), una trama general a la que el lector se ve arrojado sin salvavidas y una técnica notable, por otro lado también hay sensaciones de desconexión en la línea o de fragmentación remediable, de estiramiento de algunas situaciones sin razón narrativa alguna, de humo y espejos, incluso de inconsistencia disfrazada de vaguedad, pocos asideros a los que agarrarse a la hora de empatizar, la sensación de “perderse algo” con frecuencia y, sobre todo, la de que una prosa muy interesante está al servicio de una historia de Ciencia ficción a la que, tal vez, le hubiera hecho falta cierto replanteamiento.
Destacado. Desafío a cualquiera a explicar, en pocas palabras (pocas, insisto) de que trata el libro. Tras ello, al que lo consiga, le propongo que compare su explicación con todo lo que ha leído en el libro y haga cuentas de qué sobraba entre lo narrado para ajustarse a dicha explicación.
Potenciales Evocados. Una trama, Stross paramilitarizado y oscurecido; otra, Noon noir barriobajero y menos pasado; la última, incluso Straub.