Hay quien considera a Rodney Crowell demasiado blandito como intérprete, demasiado dulzón para sus propias composiciones, que suelen gustar más en las versiones de otros. Sin embargo, a mí hay un disco suyo que me fascina, su primer elepé, titulado “Ain’t living long like this”, una de cuyas piezas centrales es este maravilloso baladón. Tiene un punto cursilón, cierto… Pero me siento totalmente identificado con ese tono, tocado por él. Quiero decir que comprendo perfectamente que la gente se ponga cursi para expresar, particularmente cuando el recipiente de las palabras es una canción popular. O sea, que a mí el Rodney me mola. Esta versión improvisada en mitad de una entrevista, acompañado de amiguetes estelares –Emmylou, Albert Lee, Carlene Carter–, es una gozada, aunque el tipo cambia un pelín la letra y lo deja antes de cantar la segunda estrofa. La letra que he traducido es la del tema completo tal como aparece en el disco. Pues ala, ahí va.
SONG FOR THE LIFE
I don’t drink as much as I ought to
Lately that just ain’t my style
The hard times don’t hurt like they used to
They pass quicker like when I was a child
Somehow I’ve learned how to listen
For a sound like the sun going down
In the magic that morning is bringing
There’s a song for the life I have found
It keeps my feet on the ground
The mid summer days ain’t so heavy
They just flow like a breeze through your mind
And nothing appears in a hurry
To make up for some old lost times
And somehow I’ve learned how to listen…
UNA CANCIÓN PARA LA VIDA
Ya no bebo tanto como bebía, la verdad,
no voy de ese palo últimamente,
y los momentos malos no me hacen el daño que me hacían,
pasan más rápido, como cuando era niño.
El caso es que, sea como fuere,
con el tiempo he aprendido a escuchar,
cierto sonido de sol que se pone…
En la magia que trae la mañana
hay una canción para la vida,
–para esta vida que he encontrado–
que me ayuda a tener los pies en el suelo.
Y los días días caniculares ya no resultan tan pesados
Sino que soplan, en tu mente, como la brisa
cuando ya nada parece pedir prisa
para compensar el tiempo perdido
hace ya tanto.
El caso es que, sea como fuere,
con el tiempo he aprendido a escuchar
cierto sonido de sol que se pone…
En la magia que trae la mañana
hay una canción para la vida,
–para esta vida que he encontrado–
que me ayuda a tener los pies en el suelo.