Si comenzamos analizando cada uno de estos términos tan utilizados en cocina, apreciaremos que
apenas existe diferencia entre ellos. Los tres hacen referencia a la
conservación de un alimento en un medio
líquido, con el objetivo de
aromatizarlo, conservarlo o conseguir una
textura más tierna.
No es válida la afirmación que discrimina entre macerar, cuando se utiliza un medio alcohólico y marinar cuando es un medio ácido. Sin embargo, cuando hablamos de
adobar, estamos haciendo referencia a una
técnica de conservación de alimentos y en este caso, suele estar presente la utilización de un ácido (vino, vinagre, el jugo de algún cítrico) o de una grasa (aceite, manteca).
En ocasiones, utilizamos la técnica de
maceración para curar un producto y
consumir sin cocinar, es el caso de los pescados en vinagre,
el ceviche o algunas variedades de carpacho. No debemos confundir con los salazones, aunque a estos se les llame en ocasiones marinados.
A la hora de
preparar una maceración hemos de
tener en cuenta dos cosas, la primera es que
tipo de alimento vamos a macerar, y en segundo lugar cual es el
objetivo que buscamos. No es lo mismo macerar carnes, que pescados o verduras y frutas. A continuación damos unos apuntes a tener en cuenta:
Como macerar carnes
Utilizaremos aceite y especias para darle un sabor concreto. Para suavizar su textura, emplearemos algún elemento ácido: vino, yogurt, o el jugo de una fruta (naranja, kiwi, piña) ya que estos desnaturalizan las proteínas, consiguiendo que las carnes se ablanden. También podemos utilizar la
técnica de la salmuera, sumergiendo el alimento en una disolución al 8-10% de sal en relación al agua y manteniéndolo un máximo 8 horas.
Como macerar pescados
Utilizaremos, en un entorno de aceite, especies y hierbas para aportar sabor. Recurriremos al limón, vino blanco o soja, pero este adobo lo mantendremos poco tiempo si de pescado blanco se trata; en este tipo de pescado debemos evitar la maceración con ácidos durante un tiempo prolongado, ya que estos cambian la estructura de su proteína, mucho más sensible que la de las carnes.
Como macerar verduras
Procederemos como en el pescado, una mezcla con aceite, ajo machacado, hierbas como romero, tomillo, laurel, salvia y algo de corteza de cítricos rallado, funciona muy bien. O emplearemos un ácido como el vinagre o el limón. También podemos recurrir a los
encurtidos, macerando las verduras en una mezcla de vinagre, azúcar y plantas aromáticas y conservándolas en este líquido.
Como macerar frutas
Para un consumo más o menos inmediato, utilizaremos un ácido, vinagre, zumo de naranja o de limón un poco de azúcar. Para conservarlas durante un periodo de tiempo más largo, sumergiremos las frutas en un almíbar al gusto, o bien en algún licor, añadiéndole azúcar y aromatizándolas con hierbas o unos granos de café.
En cualquiera de los casos, la
maceración en crudo, tiene una
vida corta, y
requiere condiciones de
frío para su conservación.